01 |

331 41 24
                                    

1.590 Palabras.

Wei Wuxian |

Wei Wuxian culpaba su estado de ánimo a la invitación que reposaba en su mano y las consecuencias que traería si decía que sí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Wei Wuxian culpaba su estado de ánimo a la invitación que reposaba en su mano y las consecuencias que traería si decía que sí.

Hoy se cumplían trece otoños desde que dejó su vida en China. Aún podía sentir el constante aleteo de una mariposa en las visperas de una primavera al terminar el invierno que lo abrazó por tanto tiempo.

El café se sentía en un punto tibio ante la vista de las hojas coloridas que rodeaban su jardín. Los últimos toques de verano siempre eran suaves en comparación a como fueron sus días calurosos en Yunmeng. Sonríe ante la memoria de una familia que le quitó lo único que creyó por años fue su más inefable amor.

Pero ahora cree que el significado de esa palabra se doblega cada vez que ve la sonrisa genuina de su hijo. Cree que el verbo de amar le ha enseñado las distintas formas de expresar y sabe que nada podrá reemplazar eso jamás.

Amar a Lan Wangji fue fácil, como el respirar. Pero el olvidarlo a requerido una nueva manera de sobrevivir con el olor a una traición; y a aprendido, con pasos lentos y poco firmes a mantener esa página en una firma en el tomo de su autoria final.

Sus pensamientos se alejan cuándo Yanli-jie viene con una bandeja de comida por el pequeño camino de flores que le ayudó a plantar la temporada pasada, ella y su esposa convirtieron su jardín en un santuario para descansar después del trabajo. Aún recuerda la casi nula persuasión para que Wen Qing cayera en sus encantos cubiertos de una solicitud para que ambas dejaran que el arte de la arquitectura le regalara a todos un lugar ideal ante la vista de los alpes que vestían el paisaje en Suiza.

Llevaba una década viviendo en Ginebra, al principio había sido difícil por muchos motivos. Adaptarse al idioma, las costumbres y por sobre todas las cosas; la soledad que por noches le acompañó tan fielmente a su peso real. Cree que nunca podrá dejar de agradecer a Zixuan, XuanYu, A-Yao y a Huaisang por sacarlo de China a tiempo, está seguro de que si cierra sus ojos puede ver la película en la que nunca quiso participar.

Perder a su prometido y a su hermano en una misma fecha fue el principio de una depresión que lo llevó a muchas horas de insomnio y rasgos de dejar su lucha atrás.

Que la familia Jiang y Lan se unieran en matrimonio fue una herida casi mortal que en una ocasión lo llevó al borde del suicidio.

Decide salir de su tormenta olvidada y deja la invitación en la mesa cuándo lo más cercano a una hermana se sienta a su lado para ofrecerle el almuerzo que se negaba a comer. Culpa a la situación y al clima, a pesar del tiempo que había pasado y los pasos que dio para lograrlo, este día se sentía particularmente mal.

—A-Xian—. Él la mira y la sonrisa que brota de sus labios es genuina. —Si no comes llamaré a mi esposa y traerá sus agujas.

Wei Wuxian opta por probar su comida antes de que ella tome su teléfono para llamarla al hospital. Siente la satisfacción de probar una de sus especialidades, sopa de costillas de cerdo con raíz de loto. Recuerda la primera vez que la probó cuándo ambos estaban en su primer año de Universidad, una melodía triste había resonado en su mente y con el tiempo había recorrido el largo camino a una recuperación, ya que los lotos siempre remontaban su antiguo hogar. Pero ahora, puede saborear su todo ante las heridas que ahora son cicatrices en blanco y la nostalgia en la actualidad se había vuelto un bálsamo que día a día iba dejando atrás.

El Otoño que te fuiste |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora