Confusiones de amor - Kookmin

Capítulo 20

JUNGKOOK POV

— Diga?

— Jungkook? Al fin te encuentro.

— Qué sucede, Jackson?

— Hey, hombre, no has tenido un buen día? — preguntó asombrado por mi evidente malhumor.

— Ha sido un día raro — me disculpé. — Qué necesitas, Jackson? Cómo está Zhong Jun?

— Oh hombre, estoy teniendo unos días durísimos. Ver a mi padre en este estado es demasiado triste.

— Ya, lo imagino — sentí una repentina pena por quien había sido mi amigo la mayor parte de mi vida.

— Mira, Jungkook, necesitaba hablar contigo.

— Qué sucede?

— He tenido un problema con Jimin — apreté los puños con rabia — y necesito hablar con él pero no me contesta las llamadas.

— Has tenido un problema con Jimin? — pregunté con ironía. — Eres un cabrón y un cínico, Jackson.

— Qué dices? — me dijo con asombro.

— Estoy al tanto de lo que sucedió con Jimin.

— No sé qué te ha contado Jimin pero todo ha sido una confusión — intentó explicar.

— Ah, sí? Una confusión? Entonces no te propasaste con él? — espeté con cinismo.

— Bueno, sí, pero no era mi intención, no me di cuenta que él se lo estaba tomando de esa forma.

— Eres un maldito cabrón, Jackson. Cómo creías que se lo estaba tomando? Te acostaste con el cuándo él te dijo que no quería hacerlo.

— No sabía que Jimin y tú os habíais hecho tan cercanos.

— Siempre hemos sido amigos — me excusé.

— Tanto como para que te cuente que se acuesta con su novio.

— No se acostó contigo, lo obligaste.

— Ok, como quieras, Jungkook. Sé que él se lo tomó mal y necesito pedirle disculpas. Podrías, por favor, pedirle que me llame o al menos que me conteste el teléfono.

— No voy a intervenir en esto, Jackson.

— Por favor, Jungkook, eres mi mejor amigo y también eres amigo suyo. Necesito disculparme con él, no puedo seguir así, por favor — rogó.

— Le diré lo que me has dicho pero no lo influiré para que lo haga — concedí.

— Gracias, hombre, es muy importante para mí. No puedo perderlo ahora.

Colgué furioso. Furioso con Jackson, conmigo mismo y con esta maldita situación en la que nos encontrábamos.

El sábado, después de pasar la mañana en la oficina fui al departamento de Jimin para comer juntos.

Cuando llegué lo encontré mucho más animado preparando lasaña en la cocina.

— Amor, eso huele delicioso.

— Anda — se sonrojó — siéntate y abre el vino.

Nos sentamos a comer mientras le explicaba las novedades en la oficina. Nos quedaban dos meses para acabar el proyecto y no estábamos tan adelantados como hubiésemos deseado.