Amor prohibido (1) ✔️

Capítulo 1 "La única opción"

—Esto que estamos haciendo no está bien. — dije después de besarlo —

—Si quieres podemos seguir manteniéndolo en secreto. — me dijo tras devolverme el beso —

—Es que no lo puedo perder... — le dije mirando a su hermano desde la plaza —

—Tranquila que no lo vas a perder, se enfadaría conmigo, no contigo.

Estábamos en la plaza del pueblo celebrando el fin de exámenes, su hermano es mi mejor amigo y estaba a unos metros de nosotros, por suerte de espaldas, con sus amigos muy borracho. ¿Y que hacía él allí? Lo llamé yo al ver lo borracho que iba su hermano. O eso es lo que le iba a decir a Víctor.

—Deberías irte a casa con tu hermano, míralo.

—¿Qué te parece si vienes con nosotros a casa para que pueda estar mas rato contigo?

—Se va a acabar enterando Darío.

—¿Acaso no ves lo borracho que está? Puedes pasar la noche conmigo y por la mañana ir a su cuarto y hacer como que has dormido con él, no sería la primera vez.

—Estamos jugando con fuego y nos vamos a quemar. — le dije mientras vi como Víctor se acercaba a nosotros —

—¿Qué haces aquí bro?

—Me ha llamado Abril porque estabas muy borracho.

—Yo así no puedo ir a casa.

—Vente a la nuestra. — dijo Darío encogiéndose de hombros — ¿No Víctor?

—Te cae muy bien Abril por lo que veo. — dijo mientras se sentaba en el suelo —

—¿No te alegras de que me lleve bien con ella?

Y mejor que bien os lleváis.

—Claro que sí, vamos, no me importa, que se venga. — dijo mientras se levantaba e intentaba que no se notara lo borracho que iba — Te quiero mucho Abril, nunca te voy a dejar sola. — dijo sonriendo —

—Lo se Víctor. — noté como a Darío le cambiaba la cara y decidí susurrale que yo lo quería a él y sonrió —

—Secretitos en la oreja cosa de viejas, lo sabéis ¿no? — dijo Víctor tarareando una canción —

Finalmente llegamos a su casa y Víctor se tiró al sofá y se durmió.

Vaya nochecita me espera.

—Vamos a mi habitación.

—A ver si lo vamos a despertar.

—Este no se despierta ni con una explosión. — me dijo mientras ibamos a su habitación subiendo las escaleras de la mano —

—¿Y tus padres?

—De viaje por negocios, vienen en una semana, por eso te he dicho de venir — y vi como dudaba —

—¿Qué pasa?

—Nada. — y lo noté más nervioso todavía —

—Dímelo Darío.

—Pues... Que el mes que viene...

—¿El mes que viene qué? — llegamos a su cuarto y me tiro a la cama besándome — dímelo Darío, a las buenas o ...

—O a las malas.

—Anda, si me terminas las frases.

—Es que no es el momento. — dijo volviéndome a besar —

—No es el momento. — dije mientras me lo quitaba de encima y salia del cuarto hacia el de Víctor —

—¡Abril! — dijo viendo detrás de mí —