chung-hee and eunmin

945 118 32
                                    

—Los dejaremos solos para que hablen.—dijo Jimin intentando no incomodar a los chicos.

—Y deben hablar porque huir y besarse no soluciona nada.—aconsejo Taehyung siendo arrastrado por su pareja para que entrara a la habitación.

—¿Quieres pasar?.—pregunto Chung avergonzado. No podía creer que el hubiera tomado la iniciativa y haber besado a Eunmin, que prácticamente ahora era un tomate. Su cara estaba del mismo color que su cabello.

El pelirrojo entro algo inseguro y se sentó en el sofá con el más alto a su lado. El ambiente se sentía incómodo ya que ninguno de los dos sabía que decir, Chung repasa en su cabeza algo para decir pero nada salía de su boca.

—Me gustas.—soltó de repente. El pecoso lo miro sorprendido sin poder creer las palabras que habían salido de su boca.

—¿Que dijiste?.—pregunto.

—Que me gustas. Y no lo voy a repetir otra vez así que escucha bien; me gustas.—hablo convencido por primera vez sobre sus sentimientos. En realidad su corazón ya tenía certeza pero era su cerebro que aún se negaba a creer.

—También me gustas.—respondió bajando la mirada mirando sus manos que temblaban por la vergüenza.—¿Que se supone que haremos ahora?.

—No sé. En realidad nunca pensé en eso, porque no pensé que llegaría tan lejos.—respondió sincero sintiendo la risa del otro.

—Yo tampoco, pensé que iba a vivir por siempre con un amor unilateral.—suspiró.

—Quiero ser sincero contigo, yo nunca he vivido algo como esto y no sé si seré un buen novio.—murmuró.—No soy bueno diciendo cosas lindas, no soy bueno con los abrazos, no soy bueno con mis sentimientos y no estoy seguro hasta que momento podrás soportar eso.

—No me importa, en serio, Chung. Yo puedo ser cariñoso por los dos.—hablo rápidamente.

—No, eso no es justo para ti.—suspiró dejando caer su cabeza hacia atrás.

—¿Entonces no seremos nada...?.—preguntó Eunmin haciendo un puchero que derritió su corazón.

Le sonrío.—Haremos un trato, si estás de acuerdo. Mis papás dijieron que fuéramos lentos y quiero pensar que eso es lo mejor, podemos acercarnos de a poco.—propuso. El otro asintió efusivamente sonriendo.

—¿Me vas a dejar abrazarte?.—preguntó emocionado. Chung-hee asintió, debía empezar a derribar las barreras si quería mantener al pelirrojo a su lado.—¿Y besarte?.

Lo miro preguntándose si era una broma pero claramente no lo era.—Lo pensaré.

—¡Al menos en la mejilla! Yo soy como mi gato, siempre necesito mimos.—se quejo cruzándose de brazos.

—¡Tu gato gordo no le gusta que lo toques! Cuando lo tomas en brazos siempre sale huyendo.—se burló.

—¡Eso no es verdad! Y deja de decirle gato gordo que ahora prácticamente es tu hijo.—frunció su boca en desaprobación a las palabras del pelinegro.

—Deja de hablar tonterías, ese gato gordo no puede ser mi hijo.—se quejó. Apoyo una mano cerca de la pierna de Eunmin y se inclino besando rápidamente su mejilla dejándolo sorprendido.—Y ahí tienes tu beso para que dejes de estar molestando.

El pelirrojo se acercó e hizo lo mismo con el dejando un tierno beso sobre su mejilla.—¿Ves? Ya estamos progresando, a este paso vamos ha terminar casados.

—¡Eunmin! Deja de decir tonterías.—le reprendió.

—Ahora quiero un abrazo.—pidió.

Chung-hee rodo los ojos, era lo más evidente de la frase le dan la mano y se toma el codo.—¿Que parte de vamos de a poco no entendiste?.

Padres.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora