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En algunas ocasiones debemos aprender a disfrutar de las cosas más simples que la vida nos ofrece, algo como la lluvia.
Pequeñas gotas caían del cielo siendo el principio de lo que parecía una tormenta, las personas que traían paraguas parecía no importarles mucho, pero ése no era el caso de la señorita de sudadera roja.
Apenas estaba saliendo del instituto y ya estaba lloviendo, suspiró para después ponérse la capucha que poseía su sudadera, se maldijo internamente por no haberle echo caso a Patricia, pero bueno lo echo echo está,no?
Apenas salió del pequeño techo que la cubría se empezó a mojar y lo más probable es que se enfermará después de esto, empezó a caminar para llegar lo más rápido posible a su casa, digamos que no había tenido una buen día y la lluvia no ayudaba en nada.
Mil cosas era en lo que pasaba por su cabeza lo que hizo que no se diera que una segunda persona se había echo presente.
-Que tanto piensas Tori-
La nombrada se sobresalto soltando un pequeño chillido causandondole una pequeña sonrisa a su acompañante.
-Ell no hagas eso-Dijo poniendo su mano sobre su pecho
-Lo siento Tori, quieres que te acompañe a tu casa?, ya que veo que no traes paraguas-
-¿claro por qué no?- dijo con un tono amigable pues no muchas personas solían preocuparse por ella
Reanudaron su paso de nuevo, Ell estaba feliz por qué aceptará su invitación. Conversaban cosas sin sentido, esto hizo el tiempo más corto y de un momento a otro ya se encontraban en la puerta de la casa de la chica comunista.
-Bueno supongo que aquí nos despedimos-
-si, Gracias por acompañarme- la de rojo mostró una linda sonrisa a su compañera
-no hay de que- ell igualmente devolvió el gesto
Ya no sabían que decir por ende el entorno empezó a ponerse un poco tenso.
Tori le dió un pequeño beso en la mejilla a Ell, para después entrar en casa con un gran sonrojo, Ell en cambio se quedó atónita con un sonrojo sobre sus mejillas, lo sé es algo muy cliché e infantil pero al igual que una pequeña llovizna es el inicio de una gran tormenta, aquél pequeño besó inocente puede ser el inicio de un gran amor.
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