Capítulo 3

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Cinco estrellas y un Lucero


El orfanato Sunshine, ubicado en Gangsang, un pueblito de Pulsan recibía en su recepción a Seokjin y Namjoon, que iban para solicitar una respuesta que les habían prometido ido hace dos meses y poco más, la encargada en todo momento se mantuvo callada sin decir algo, ignorándolos.      

Namjoon veía con ilusión a través de una ventana enorme a distintos niños jugar en el jardín trasero, todos reían mientras jugaban con otros más grandes, más al fondo veía chicos tímidos que se escondían, quería ir y conocerlos, hablarles y jugar pero no podía sin una autorización, tras sus espaldas estaba Seokjin, soltando un suspiro, impaciente por lo que fueran a responderles, su dedo pulgar recibiendo esos pequeños actos de ansiedad, Namjoon se dio cuenta y envolvió su mano como apoyo para regalarle una inestable sonrisa que luchaba por verse tranquila.

Un sentimiento mutuo que deseaban transmitir fuera cual fuera la respuesta.

Después de unos minutos la directora salió con un documento donde estaban sus pruebas así como algunas sesiones con psicólogos, ambos se levantaron con inquietud, pero la dura expresión de la mujer llena de indignación les bajó un porcentaje de esperanza y aún más, cuando los recibieron en sus manos sin señales de ser revisadas antes.     

ㅡDada la situación en la que se encuentran, hemos decidido negarlo, los horarios no coinciden y los sueldos tampoco, agregando que él tiene un trastorno.      

ㅡMi esposo ha estado yendo a terapia hace más de un año y está saliendo adelante, puedo decir que está por darse de alta.                        

ㅡNuestros sueldos también son estables, eso nunca ha sido negado directora Jung.ㅡ Reprendió Seokjin, viendo a la mujer con cierto recelo.                  

La expresión le cambió a una más dura, diciendo justamente las palabras que ningún otro orfanato había dicho antes inventando otras excusas como el sueldo. ㅡEsos niños esperan a un papá y a una mamá, recibir las felicitaciones de sus padres y los besos de sus madres, deben entender eso caballeros. Tengan una feliz tarde.

Namjoon titubeo para no llorar y Seokjin apretó las manos, ambos quedándose un tiempo en la recepción totalmente atónitos, retirándose luego del edificio. ¿Deberían finalmente rendirse? Romper su sueño dónde se veían con un pequeño disfrutando de las tardes de películas, viernes de pizza y domingos de pereza.                 

ㅡJinie...                        

ㅡ¿Sí, cariño?       

ㅡQuiero ir a casa, por favor.          

Repentinamente el cielo fue formando grandes nubes cargadas, el sol oculto entre ellas dejó el día agradable en uno nublado que comenzaría con una llovizna suave hasta terminar en grandes cántaros de agua. Namjoon se disponía a recostar su cabeza en la ventanilla, jalando una manta de atrás para taparse. Recorrieron las carreteras en total silencio porque ninguno quería decir algo, la música ligera se reproducía en su auto desde la playlist de Seokjin, la que escuchaban cuando estaban tristes pero no tenían fuerza para consolarse. Afortunadamente estaban por llegar a su departamento, el día parecía imitar el estado del pelinnn, pero momentos antes de cruzar la siguiente calle los ojos de Namjoon se extendieron y sin pensar demasiado jaló un paraguas de la guantera y salió del auto, asustando a su esposo que comenzó a gritarle que se detuviera pues aún estaban en la carretera.

En la banqueta, cubierto con una bolsa, descalzo y jalando otra bolsa más, un pequeño niño estaba empapado de agua, tiritando hasta no poder, caminaba con dolor pues su pierna estaba lastimada y no podía correr, se asustó cuándo una sombra apareció frente a él y el agua del cielo dejó de mojarlo, con cuidado levantó la cabecita para encontrarse con el señor bueno que le dio comida.

De cuclillas, Namjoon le habló con suavidad para no asustarlo ㅡOh, Dios mío pequeño...ㅡ Detrás de él un segundo hombre apareció, el peligris volteó, con sus ojos piadosos hacia Seokjin, en silencio haciendo una petición con su mirada. ㅡSeokjin.

Un indescifrable dolor en el pecho se instaló en Seokjin al ver la escena, colocó una mano en el hombro del menor y se fijó en el pequeño que seguía temblando con sus ojitos caídos ㅡJungkook es médico, quedó debiéndome un favor, vamos al auto.ㅡ Una enorme sonrisa surgió en Namjoon y besó rápidamente los labios del pálido que también sonrió.

ㅡVen dulzura, te llevaré a mi casa para que estés seguro ¿bien?, te daré mucha comida y un baño para que no te enfermes, estarás bien, lo prometo. ㅡ Aunque el menor quiso decir que sí, sus ojos y cabeza no resistieron por mucho más.

We are Rose et Bleu (Jaune); NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora