Capitulo 7

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Mientras tanto, Izak aun sigue en la comisaria, entró a la sala y se acercó al escritorio de Daniel, tomó la revista que se encontró en la escena del crimen y llamó al otro numero que no le había contestado aun, de modo que marcó en el teléfono y esperó hasta que le contestaron del otro lado.

-Buenas noches, ¿Quién es?-  dijo la voz masculina 

-Buenas noches, soy Izak Barnaard, subteniente del escuadrón de detectives de la comisaria 67. Street scenter, identifíquese-  dijo el detective

-Me llamo Alberto Gago, cónsul general de la Republica Argentina en Los Estados Unidos- respondió el cónsul argentino

-Que casualidad, hoy tratamos de ir al consulado argentino y estaba cerrado- comentó Izak

-Hoy era el día de limpieza del edificio- dijo Alberto

-¿Sabe usted que existen empresas de servicios de aseo que pueden hacer esos trabajos en días no laborales? Así podrían atender los días hábiles para poder atender a sus connacionales, ¿no?- dijo Izak, con cierto tono de reprimenda

-Escuche, detective, simplemente no pudimos delegar a nadie esa tarea, ¿de acuerdo?- respondió Alberto

-Mire, Cónsul General, necesitamos que venga a la comisaria para aclarar algunas cosas, le haremos algunas preguntas y eso será todo. Este numero aparecía en la evidencia de un asesinato- dijo Izak

-¡Dios Santo!, ¿es argentino?- preguntó Alberto

-No, era la secretaria del senador Karlson, sabrá más detalles mañana cuando venga a la comisaria- contestó Izak, a lo que colgó el teléfono. Luego se dirigió al estacionamiento para tomar algún coche patrulla e irse a casa, cuando fue divisado por Mark Williams.

-¿Que pasa, Izak? ¿Te quedaste sin auto?- dijo Mark

-Si, es que Daniel salió con su noviecita y me dejó sin automóvil- respondió Izak

-Ah, claro, oye, ¿fue Daniel el que le ofreció trabajo al vagabundo ese que está en la biblioteca?- preguntó Mark

-Si, fue Daniel, ¿por qué la pregunta?- dijo Izak

-Me sorprende que siendo un hombre que vivía en la calle haya sabido trabajar tan bien, las carpetas nunca las había visto tan ordenadas... el jefe estaba pensando en darle trabajo de campo- dijo Mark

-Te refieres a que nos acompañe a casos ¿verdad?- dijo Izak

-Si, es que Bill estuvo en el ejercito en la guerra de Corea, les puede servir para hacer redadas o alguna persecución que se les salga de control- Agregó Mark 

-Si el estuvo en el ejercito y parece trabajar bien, ¿Cómo es que terminó en la calle?- preguntó Izak, sin pensar que Bill estaba justo detrás de ellos y le respondió 

-Porque fui un tonto- dijo Bill, a lo que llamó la atención de Izak y Mark, Bill ya se veía muy diferente, limpio y de traje- en la guerra de Corea pude quedarme con una parte importante del motín de guerra de mi escuadrón, al volver a Norteamérica lo vendí y me lo gasté todo en alcohol y mujeres. Terminé en la cárcel por robar una hogaza de pan de un negocio, y así viví en la calle hasta que el señor Ferdinand me encontró en la escena del crimen de Mary Goodman- 

-Pero, ¿acaso usted no trató de propasarse con el cadaver?- dijo Izak

-Jovencito, usted se sorprendería de la cantidad de personas que hacen eso y aparentan ser normales, el señor Ferdinand sabe perfectamente que ningún ser humano puede juzgar a otro, nadie ha nacido sin pecado. Ahora tengo la oportunidad de ordenar mi vida otra vez. Ya le dije al capitán Ghostman que estoy dispuesto a participar en redadas, tengo conocimiento de armas y estrategia militar, además prefiero morir de un tiro haciendo una investigación que de hambre y miseria en la calle- respondió certeramente Bill.

-Bueno, yo ahora me voy al Five Minutes, lo invito a una copa, Bill- dijo Izak, a lo que Bill accedió, Mushnik era un hombre de 52 años, pelón y de cabello cano, cuando estaba como vagabundo tenía una barba incipiente, pero para empezar a trabajar se había afeitado y comprado un traje de color café claro a rayas. 

Ya en el bar, Izak y Bill se sentaron a la barra de Samuel.

-¿Donde estás viviendo ahora?- preguntó Izak, bebiendo una jarra de cerveza

-En un hostal, tal vez con el pago de este mes podré pagar el alquiler de algún departamento- respondió Bill 

-Pues, el casero del edificio donde vivimos con Daniel nos comentó que hay varios departamentos libres, tal vez te convendría irte a vivir allí, es más seguro que un hostal de mala muerte- dijo Izak

-Cualquier cosa es mejor que la calle- dijo Bill

-No creas, Bill- interrumpió Samuel- en la calle muchos te ignoran, pero en un hostal de mala muerte pueden localizarte fácilmente y matarte... o peor- 

-Lo se, Samuel... ese Ferdinand es un santo- dijo Bill

-¿Lo dices porque te dio trabajo?- preguntó Izak

-No solo por eso, sino que sabiendo mis errores me entregó ayuda... - respondió Bill

-Si, te entiendo, Bill. Daniel ha ayudado a muchas personas sin que me entere. Bill, me contaron que estuviste en la guerra de Corea, no se nada de esa guerra, yo era un recién nacido- dijo Izak

-Y la maldita guerra de Vietnam se ha llevado toda la atención, y se han olvidado de los veteranos de la guerra de Corea, mira, llegue a Taiwán en septiembre del '50, el que estaba al mando era...- comenzó a relatarle Bill su historia a Izak. 

La gran investigación de mi vida: Efecto DominóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora