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Connecticut 1968
La chica de ojos azules corría a toda prisa mientras sostenía sus libros con torpeza, en su mochila guardaba su cámara y sus apuntes, había perdido su almuerzo en las escaleras de la institución pues sus torpes pies habían tropezado y su comida del día ahora era un caso perdido.
Tendría que haberle hecho caso a su madre cuando le dijo que no tomara el camino largo, pero a Olivia le gustaba saludar al sacerdote de la capilla que quedaba cerca de su vecindario, a veces le regalaba un pastelillo que preparaba junto a su hermana menor la noche anterior. Normalmente llegaba a tiempo, pero esta vez se había retrasado.
—Espere —grito desde el pasillo al profesor quien estaba por cerrar la puerta —ya estoy aquí —dijo una vez llego a la puerta con la respiración agitada por el reciente ejercicio.
—Olivia Warren ... tarde —el profesor miro su reloj, la chica tenía 15 minutos de tardanza —según las reglas debo dejarla fuera de la clase —dirigió su mirada a la chica quien ya había controlado su respiración —la dejare pasar por ser su primera tardanza... pero que no se repita.
—muchas gracias, profesor James —agradeció mientras tomaba mejor sus libros y entraba al aula donde gano todas las miradas dentro, sin prestarle más atención se encamino a su asiento y se dejó caer en la silla. Escuchaba los murmullos de sus compañeros de clase, pero realmente poco le importaba.
