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La luna había vuelto a presentarse haciendo que los ánimos de todos en la casa Perron cayeran en picada, sobre todo después de la llegada de Drew y Olivia, quienes luego de una hora estando sentados en medio del camino, decidieron finalmente regresar para evitar preocupar a los padres de la chica. Aunque Lorraine había sentido como algo le había sucedido a la mayor de sus hijas, razón por la cual tanto Ed como su esposa estaban en la puerta de entrada esperando a que ambos llegaran.
Aunque claramente estaban preocupados, no hicieron muchas preguntas, en cambio le permitieron ir a descansar un rato, Drew la acompañaría pues Liv no había soltado su mano en ningún momento. En el momento en que Olivia cayo dormida, el castaño tomo la oportunidad para acercarse a los padres de su mejor amiga y contarles lo sucedido en el camino. Los demonólogos compartieron miradas preocupadas y supieron en ese momento que el don de su hija era muy poderoso, no iban a permitir que lo siguiera reprimiendo, por ende, junto con Drew acordaron que la ayudarían y apoyarían en todo, pero también tendrían que dejar que ella sola venciera su miedo.
Ya eran de nuevo altas horas de la noche, Olivia había dormido toda la tarde, por ende, estaba bien descansada y alerta. Estaba sentada junto a su madre quien la tomaba de la mano, mientras rezaba el rosario.
—necesito otra taza ¿quieres? —Brad le pregunto al chico de ojos rasgados quien se encontraba a su lado arreglando un cable.
—no gracias —respondió cortante, no tenia nada en contra del policía, simplemente él estaba bastante tenso debido a la preocupación que sentía por Olivia... Drew deseaba tomar el auto y a Olivia, para así alejarse de esa casa lo más pronto posible, incluso se lo insinuó a los padres de la chica, quienes lo miraron con comprensión y le dijeron que eso no era posible, pues debían ayudar a esa familia, el castaño comprendido pues también quería ayudarlos... más una parte de él seguía queriendo tomar a Olivia y alejarla de todo el peligro.
