Si. De muchas cosas. Tengo aproximadamente veinte años preso aquí, aquí en esta institución, y aún hay noches donde tengo sueños en donde intento cambiar los errores que cometí, otros en los que tomo un camino distinto al que caí, y los que más odio son en los que solo recuerdo los acontecimientos de mi vida; ya no sé diferenciar un buen sueño de una pesadilla. ¿El sueño más triste? Lo tuve hace unos días, me vi a mí mismo en una celda en la cual llevaba veinte años. No. Eso no fue lo más triste. Lo triste fue que en el sueño era consciente de que todo había sido mi culpa, al igual que despierto.
Antes tenía visitas, pero decidimos ponerle final. De acuerdo te cuento más. Cuando me encarcelaron, las personas de mi entorno no se preguntaron el por qué delinquí si no el por qué me encarcelaron. Y no los juzgo, yo tampoco me lo pregunté. Tres años después de mi arresto me visito la que era mi pareja ¡Aun recuerdo sus lentos y delicados pasos! Me hizo un sin fin de preguntas que solo me lastimaban y a ella también. No fue si no hasta su décima visita en que decidí ser honesto, contarlo todo, explicar a detalle que mis motivaciones pasadas son mis arrepentimientos en el presente. Yo la amaba, y aún lo hago. Ella me dijo justo lo que no quería escuchar, "que entendía, que me comprendía, y lo peor de todo, que creía en mi arrepentimiento". Esa fue la ultima vez que la vi, y el por qué ya lo imaginas.
Se llama Doret Mirja. Esos son sus nombres. Son hermosos; la harán un hermoso ser humano y ella los hará hermosos a ellos. ¿Tus padres aún viven? Alégrate. Y dime muchacho ¿Sientes que tienes una deuda para con tus padres? ¡Menos mal; estarías loco de lo contrario! Aunque, para los padres ¡Para los buenos padres! Los hijos no les deben nada, ya que, como estos lo ven, tomaron la decisión de tener hijos, entonces, los hijos no les deben nada, son ellos los que les deben todo. Esto molesta a los ''padres de papel'' porque acaba con su chantaje, ese retorcido y malévolo discurso que dice "yo te dí la vida". Este desagradable recurso es utilizado por padres y madres que, al no poder entregar un amor genuino que pueda ser el pilar de la familia, recurren al constreñimiento de los hijos.
¡No! No quiero hablar de mi padre el día de hoy; ademásde que ya está por terminar el tiempo ¡¿Vendrás a continuar la entrevista dosdías más?! Bien. Mañana entonces.