En resumen: Harry, un omega al cual ingresan en un internado después de la muerte de su madre, conoce a Louis, un alfa que lleva toda su vida en ese internado, cuando eran adolescentes, mucho antes de que la vida de Harry cambiase radicalmente y tuv...
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Niall fue a buscar a Harry a las once de la mañana, juntos hicieron las dos horas y media que había hasta la casa de Lea, parando solo una vez a comprar unos cafés, algo de comer, por antojo del omega, y a ir al baño.
Así que después de esas horas de camino llegaron delante de la bonita casa blanca con una alta valla de hierro con motivos dorados.
—¿Y de qué dices que la conoces? Parece la casa de alguien con pasta—Preguntó Niall.
—La tiene, es hija, y ahora dueña, de una de las empresas farmacéuticas más grandes a nivel nacional e internacional. Además, es amiga de toda la vida de Louis. Yo la conocí en el internado, fue mi primera amiga, pero ella pensaba que habíamos cortado y eso, y hace poco que recuperamos la conexión, en fin, ahí está.
Lo más expectante de esa situación fueron las diferentes reacciones que se dieron en ese coche. Harry lo dejó rápido para ir a abrazar a la omega morena que salía de su casa con aspecto cansado debajo de sus rizos y su enorme jersey de lana, ocultando sus ojos debajo de unas gafas de sol enormes. Niall soltó su cinturón de seguridad y salió del coche mostrando a Lea una expresión algo anonadada.
—¿Esa es Lea?—Preguntó el alfa.
—¿La conoces?—Repuso el omega separando el abrazo.
—No, pero debería—Sonrió—Soy Niall—Añadió extendiendo la mano.
La luz y energía independiente y fuerte que irradiaba Lea mientras se levantaba las gafas con una mirada expectante fue todo lo que necesitó para llamar la atención de aquel chico que la miraba con ojos curiosos.
—Oh, genial, ni con un barrigón, con ocho kilos más y los tobillos hinchados pierdo mi encanto—Sonrió la omega extendiendo su mano morena hacía el alfa.
—¿Y el padre de ese bebé es?
—Un imbécil, ¿tú lo eres? Es que solo me fijo en los alfas imbéciles, me tendría que haber quedado con los omegas, ellos no me hacen esto—Dijo señalando su enorme barriga antes de caminar hacía el coche—¿Me habéis traído un cinturón de embarazada?
—¿Cómo?—Preguntó Niall.
—¿No te sirve ese?—Preguntó Harry.
—De él lo esperaba porque es alfa y puede que nunca haya visto ningún embarazo de cerca, pero tú Harry, por Dios estás embarazado deberías de haberlo sabido—Negó Lea.
—Lo siento, el mío aún no ha amueblado todo mi cuerpo—Rió.
—En fin, te pasaré diferentes páginas de omegas y embarazos, hay cosas muy interesantes. Bueno, vámonos, quiero ver al único alfa que quiero y respeto.
—Por ahora—Dijo Niall.
La carcajada de Lea fue audible hasta la casa contigua a la suya.
—Ay, perdón, te deberían de haber dicho que no soy demasiado receptiva a las intenciones de los alfas.
