La primera vez que vi a Fallon Williams fue en mi trabajo, estaba preparando unas órdenes cuando la campana de la puerta sonó lo que indicaba la llegada de un nuevo cliente. Cuando voltee a verla sentí que cualquier retención de aire que tenía mi cuerpo se esfumo, vi a una melena rojiza brillar por la luz solar y un colorido abrigo violeta igual de intenso que su cabello, estaba frió a fuera ya que eran inicios de febrero y en Ontario aun estábamos a bajos grados de temperatura,. Cuando ella levantó su mirada a examinar el lugar detalladamente en un momento me estaba mirando, y joder, esos ojos. Eran tan verdes que parecía que te perdías por un segundo. Lo sé porque yo lo hice.
Ella me sonrió y se acercó a la barra, hablo con una de las chicas quienes atendían y pidió su orden, sin antes darme una mirada de soslayo. Tomo asiento y ese fue el comienzo de muchas tardes desde hace tres meses donde ella venia aquí, por galletas de avena y un expreso y a mirarme indiscretamente de vez en cuando. Y juro que cuando lo hacía se sentía especialmente como la primera vez que la vi.
Todo se mantuvo en miradas hasta un tarde, aquella tarde donde todo cambio, donde ya dejamos la expectación por algo más, ambos queríamos más que simples miradas.
- Disculpa, podrías atenderme hoy y podemos dejar de mirarnos es que siento que ya no puedo con esta batalla de miradas, ya me tiembla el ojo, el hecho está señor Batista, que ya me aburrí de esperar que te declares perdedor- dijo ella con burla en su rostro, se estaba burlando de mí y mi incompetencia verbal, pero en ningún momento dijimos que esto era una batalla de miradas, bueno en realidad no nos dijimos nada y punto.
- No creí que esto era una guerra de miradas, porque si en todo caso lo fuera te aseguro que te ganaría, y en cuanto a tu orden, ¿expreso y galletas? – sonreí cuando levanto una de sus arqueadas cejas rojizas.
- No lo creo, niño bonito, te patearía el trasero asi que no me subestimes. Y es curioso como sabes que es lo que regularmente pido, que raro, ¿no? –
¡MIERRRDAA!, dios mío ¿por qué mi madre no me abortó y me ahorra una vida llena de vergüenza?, Ya sabía yo que llegar a este mundo no sería fácil al parecer dios y yo aún no vreabamld una buena relación aún.
No sabía que responder y tenía que sonar ingenioso o sino pensaría que era un acosador que robaría sus órganos y la verdad lo único que tenía pensado robar era su corazón, obviamente figurativamente hablando.
- Pues, es... Es que tú siempre vienes y yo... yo trabajo aquí así que por eso me se tu orden, obvio - cruce mis brazos y fruncí el ceño para lucir más serio. Lo cual al parecer en vez de lucir así termino carcajeando de la risa, se estaba riendo de mí y dios me bendiga si ese sonido no me encanto. Era tan suave y femenino, y era precioso. Era como ella.
- Eres gracioso, Milo, a las chicas nos gusta que nos hagan reír no te creas eso del chico malo, todo eso es puras patrañas. - sentenció con una sonrisa en sus hermosos labios, ¿he dicho que creo estar enamorado ahora mismo?
- Un momento, ¿Cómo sabes mi nombre? - ¿será posible que la haya estado preguntando por mí?, ¿estará muy interesada en este semental? O quizás...
- Lo leí en la etiqueta de tu uniforme- y así de simple me arrojo el balde de agua fría que necesitaba.
- Oh, claro sí. Pues mucho gusto Fallon, y antes de que preguntes y dejes de mirarme con esa cara asombrada te digo que lo sé porque apareces en los datos de pago. Personalmente me gusta llamarte irlandesa, va mas contigo - lo último salió sin pensarlo y me arrepentí enseguida por lo raro que debía sonar para ella.
- Irlandesa, me gusta como suena no me malinterpretes pero, ¿Por qué ese apodo? –
No pensé mucho tiempo sobre cómo explicárselo y lo que salió de mis labios hasta a mí me sorprendió por lo profundo y salido de una novela de Nicholas Sparks que sonaba.
- Es que la primera tarde que te vi y entraste por la puerta lucias radiante, tu cabello brillaba tanto que lucía muy rojizo y tus ojos eran de un verde tan claro que parecían no ser reales, lucias como una reina irlandesa con todo ese cabello rojo y tez pálida, de esas de cuentos místicos y mediebales que mi madre me leía de niño. No sabían que existían hasta que te vi, han de estar extintas y solo los creyentes de corazón son capaces de verlas.
- Que bueno que aun creo en ellas y antes que pienses que soy lo suficientemente raro como para alejarte, ignorarme o desaparecer para siempre me atrevo a pedirte que salgas conmigo y si no quieres está bien, podre llorar en mi cama y decir que perdí a la chica de cuentos de hadas, pero si aceptas prometo ser tan bueno como esos príncipes de los cuentos donde quizás provengas.
Hubo un silencio sepulcral un largo tiempo y mi corazón se detuvo, dejé de reparar esperando una respuesta negativa, deje de respirar porque mi boca había dicho mucho más de lo que debía.
- Bueno, Milo espero que a donde me lleves sea tan bonito y dulce como t- u y tus palabras, porque la irlandesa ira contigo a esa cita- .
Dios, desde hoy soy tu fiel pastor.
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Holaaa monstruitos, aquí les traigo el primer cap de estos dos tórtolos esta cortito pero bonito y lamento la tardanza en subirlo pero he estado con muchas cosas y me entraron muchas dudas sobre si seria bien recibido y cumpliría con sus expectativas, las mías si siento que lo están. Estaré actualizando entre uno y dos capítulos por semana, les aviso. Diganme que tal les pareció el primer cap y la interacción de estos dos.
Los adoro mucho, gracias por el apoyo siempre.
hasta aqui nuestra transmision jsjskssk
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• 100 días junto a Fallon •
Ficção AdolescenteEllos no esperaban cruzar palabras, ellos no esperaron todo lo sucedido ni mucho menos enamorarse tan perdidamente hasta el punto de dar cada respiro por el otro. Milo Adams y Fallon Williams eran como un volcán a punto de hacer erupción, se amaban...