Prologo

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¿Te has puesto a pensar cuando tiempo te has preguntado si algún día serás de las personas que se casan o de las que viven sin un lazo religioso o legístico?. Cuando era joven pensé que nunca cobraría matrimonio, simplemente encontraría la persona correcta con la cuál imaginé pasar el resto de mi vida y eso seria todo, pero los pensamientos son efímeros, todo puede cambiar de la noche a la mañana sin pensarlo.

Quiero creer que ella me cambió, que ella me hizo convertirme en el hombre que quiero ser cada día solo para ella, que se sienta orgullosa de ser mi chica tanto como yo me enorgullezco.

- Hey, Adams, tierra llamándote aqui- Caleb chasqueó sus dedos frente a mi rostro haciendo regresar mi atención al presente. Viendo a mi mejor amigo desde preescolar en su traje negro, atrás de él una multitud tomaba asiento en la iglesia esperando que la ceremonia se llevara a cabo. Jesús, era mi puta boda.

- Lo siento, me desconecte por unos minutos-

-Si con desconectarse te refieres a pensar locamente en una pelirroja que en pocos minutos estará a tu lado para cometer el mayor error de ser la esposa de un hombre tan feo cómo tú, entonces si-

- ¡Hey!, no seas tan malditamente envidioso porque yo si llegué temprano a la repartición de bellezas a diferencia de ti.

-Cómo sea, soy un imán para las chicas amigo. Incluso tu futura esposa una vez me besó.

- Amigo, no creo que cuente con beso la respiración boca a boca cuando te ahogaste en la piscina de niños

- Oh, cállate ya están entrando-

Dicho eso mi atención fue directo a las grandes puertas de la iglesia, la banda comenzó a sonar y poco a poco entraron las damas de honor. Lucia con orgullo el vestido de seda negro que eligió mi demoníaca novia quien pretendía entrar con uno del mismo color hasta rogarle con todo mi ser que no lo hiciera.

Tras esos minutos de silencio en la sala apareció lo que yo veía como un Ángel, brillante y cautivante con solo observarla incluso si ella decía que estaba desaliñada no podía imaginar otra cosa tan hermosa cómo ella.

Su cabello largo y rojizo contrastaba con el vestido corte imperio blanco, tenía una cinta negra en su cintura lo cual me hizo reír un poco. Jodida rebelde.

Su padre la traía hacia mi, mientras ella no paró de mirarme tanto como yo lo hacía, cuando sonrió juro que mi corazón se volcó. Una vez a mi lado despedí a su padre y tomé su mano, temblorosas e inseguras cómo si temiera a que solo fuera un espejismo hecho por mi mente. La mire a los ojos, claros y chispeantes como si trataran alguna travesura, observando su bello rostro de porcelana nos incorporamos mirando justo al frente.aun sosteniendo nuestras manos.

-Creí que te arrepentirás de casarte con un barista a medio tiempo.- Susurré en tono de broma.

-Jamás me arrepentiría, eres el hombre que siempre amé y además resulta que no podría vivir cada mañana de mi vida hasta envejecer sin probar el café que lo inició todo.

- Jesús, ahora quiero arrancarte el maldito vestido en la iglesia por ser tan dulce, mejor cállate

- Te dejaré quitar lo que quieras en cuanto nos casemos, señor Adams

- Suena muy bien futura señora Adams..

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Hola, monstruitos. Les presento mi primera historia en la plataforma. Porfa denle amor y comente en el proceso, les recuerdo que soy nueva en esto y espero les guste. Gracias por leer esto, ya es para mi un gran apoyo créanme.

Les mando muchos besos y bonito día, monstruitos ♡♡♡

• 100 días junto a Fallon •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora