Ryuguji Tenshi (Sano Manjiro/Mikey) Tokyo Revengers

15. Secretos.

—¿Qué quieres comer?

Tenshi observó a Mikey, apoyada desde su motocicleta.

—Quisiera comer una rica pizza llena de mozzarella.

—De acuerdo, entonces pizza será.

Cuando ambos se encontraban en sus respectivas motocicletas a punto de arrancar, un joven de gafas se acercó a ellos de manera tímida. Tenshi lo observó seriamente al igual que Mikey.

—¿Sano Manjiro? —preguntó el desconocido.

—¿Quién mierda eres?

—Kisaki... Kisaki Tetta —se presentó—. Ya hemos hablado una vez.

De inmediato, Tenshi recordó cuando Draken lo nombró aquella tarde anterior al festival.

—Oh, sí, te recuerdo —dijo Mikey sin mucho interés—. ¿Qué quieres?

—Quiero proponerte algo.

—De acuerdo, dime.

—¿Puede ser a solas?

—No, ella es mi novia, y todo lo que me dices lo compartiré con ella.

Tenshi se asombró al escuchar la palabra "novia", pero no dijo nada al respecto.

Kisaki bufó y hasta dudó unos segundos sobre si decir lo que tenía en mente, pero luego de analizarlo, por fin se animó.

—Vengo a proponerte un trato que nos beneficiará a todos —Mikey dejó que siguiera hablando—. Oí que la tercera división de la Toman no tiene comandante ya que se encuentra preso y que su subcomandante se encuentra bajo vigilancia en la segunda división dirigida por Takashi Mitsuya...

—¿A qué quieres llegar con esto, Kisaki?

—Si me dejas ser el comandante de la tercera división de la Toman, tendrás cincuenta nuevos miembros, y también, te aseguro que Pah-chin quedará libre.

—¿Y cómo harás eso? —preguntó Tenshi. Aquel tipo no le generaba confianza en absoluto.

—Tengo las pruebas necesarias para mostrar ante la ley que Pah-chin no es el culpable de lo ocurrido con Osanai.

—¿No sería más fácil dejar libre a Pah y que vuelva a tomar su lugar como comandante de la tercera división? —le preguntó Mikey.

—Sí, tal vez, pero la justicia no actuará tan rápido, y no sabes cuándo Valhalla querrá pelear, por eso me necesitas, Mikey. Necesitas de mi fuerza para pelear.

—De acuerdo.

Tenshi observó incrédula a Mikey. No podía creer lo que estaba escuchando.

—Daré la noticia el próximo viernes en el santuario Musashi, no faltes.

—¡No lo haré! —exclamó para luego hacer una reverencia—. Muchas gracias, comandante.

—Sí, de nada —dijo desinteresado—. ¿Vamos, Ten?

Ambos comenzaron su viaje hacia la pizzería a la que siempre solían acudir, pero los pensamientos abatían por completo la cabeza de la rubia. Le costaba entender cómo Mikey había aceptado tan fácilmente la propuesta de un tipo, completamente desconocido, sin siquiera ponerse a pensar en si sería o no una farsa para arruinar Toman. No podía creer ni mucho menos aceptar que un tipo tan inteligente como lo era su mejor amigo, creyera en alguien que ni siquiera conocía a Pah. Todo tipo de pensamiento comenzó a ahogarla por lo que no tuvo otra opción más que parar su motocicleta al costado de la ruta dejando a Mikey confundido.