Capítulo 3

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Cada puerta, cada armario y cada cajón que abría estaba repleto de cosas de chicas, empezaba a agobiarme de verdad. Me fui a dormir pronto, demasiadas emociones para un solo día.

Bianca me despertó a las siete de la mañana, hoy conocería la universidad y ella y Sam me acompañarían durante el día. Pienso en que tal vez le deba una disculpa, no estuvo bien todo lo que ayer le dije.

-Solo son diez minutos en coche.- Me miró de arriba abajo y luego se echó a reír como una loca.- ¿Piensas ir vestido así?- Miré mi ropa y después la miré a ella.

-¿Qué tiene de malo?- Mi estilo era bastante original y estaba orgulloso de ello. Llevaba una camisa de cuadros verde y azul metida por los pantalones, los cuales eran rojos y ajustados, mis zapatos negros favoritos y por último mi pajarita, también de cuadros.

-Pareces gay- Me dijo y luego volvió a reír.

Me quedé sin respiración durante unos segundos, ¿Tanto se notaba? Subí rápido a mi habitación y me cambié de ropa por algo mas discreto.

A los catorce años supe que algo no estaba bien, no me sentía nada atraído por las chicas de mi colegio, pensé que la culpa era de ellas que eran todas unas barbies sin cerebro, pero cuando cumplí los quince me di cuenta de lo que pasaba.

Hasta hace 3 años no quise aceptar el hecho de que era gay pero tuve que hacerlo, por lo menos para no seguir atormentándome a mi mismo y dejar de fingir que me gustaban las chicas.

Un día estuve apunto de confesárselo a mi padre pero empezó a beber y a insultar a todo el mundo, incluida su compañera de trabajo que se había casado con otra mujer, así que me callé.

Hasta el día de hoy la única persona que lo sabe es una de las empleadas de casa que me pilló buscando en Internet "Cómo dejar de ser homosexual". Y así seguirá, nadie más puede saberlo, ¡Me llevaré el secreto a la tumba! Bueno quizás esté exagerando un poco, he aprendido a vivir con esta parte de mi.

Diez minutos después de que Sam aparcara su coche en la puerta ya estábamos en la universidad. Es grande y con amplio campo de fútbol. Según Sam tienen el mejor equipo de Indiana, tal vez el segundo mejor.

Aunque yo no estaba aquí para jugar al fútbol, mis tres primeras clases eran historia del arte, bailes contemporáneos y canto y luego las dos últimas horas de la mañana serían teatro. Eso era lo mio.

Bianca estaría conmigo en todas las clases menos en canto, allí estaría con Sam. Que felicidad, ya veo que no me voy a librar de estos en toda la semana.

La universidad de artes escénicas de Indiana era muy diferente a la de Colorado, la única cosa que no cambiaría sería yo. No quiero sonar egocéntrico pero soy la persona que mas destacaba en mi antigua universidad, soy un gran actor y bailarín, y cantar se me da bastante bien. Soy algo así como polifacético, y no creo que en esta universidad una sola persona al igual que yo reúna esas tres cosas.

La primera hora fue la más aburrida. Me pregunto de que me servirá a mi la historia del arte, no le encuentro sentido.

La profesora me presentó delante de toda la clase y me sentó al lado de una chica llamada Kim, llevaba uniforme de animadora y no dejó de mascar chicle en toda la hora, ni siquiera me miró, que extraña.

La segunda hora fue un poco mejor, básicamente porque no tuve que hacer nada, solo sentarme y mirar como los demás practicaban una coreografía. Por lo que pude ver la persona que más destaca en esta asignatura es una chica llamada Rebecca, parecía agradable, aunque Bianca no hacía mas que decirme que era una engreída y egocéntrica. Ya voy descubriendo cosas importantes, mi hermana y esa tal Rebecca no se llevan nada bien.

Después de esa hora fuimos a comer, me quedé con Sam y Bianca, la cual no paraba de hablar mal de Rebecca mientras Sam se dedicaba a asentir.

Pero lo mejor vino después en la clase de canto, no os vais a creer todo lo que pasó.

Living in the darknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora