Las botellas de la Repisa

Capítulo 3: Laura

Desperté temprano, aún estaba el hospital sumido en las penumbras, el viejo Luis roncaba, no tengo idea de porque me desperté tan temprano, pero tenía una intranquilidad recorriéndome la espalda.

Me levanté de la cama con intención de irme a bañar, tomé mi aseo y me dirigí hacia el baño. Me demoré unos veinte minutos, me tomé las cosas con calma, al fin y al cabo era temprano y aún faltaba tiempo hasta el desayuno. 

-Muchas gracias señor Luis, Roxy le manda saludos.

-Gracias a usted por decirme, espero que todo le salga bien.

-Así será, bueno, dentro de unos minutos vengo a traerle el desayuno a usted y a su compañero. 

Esa conversación se escuchaba desde el baño, era la misma voz que la noche anterior me había amenazado antes de dormir, aún yo no había salido y cuando lo hice solo pude ver una parte de un cabello largo y rojo saliendo por la puerta. 

-¿Quién era ella?- le pregunté al viejo Luis mientras terminaba de vestirme.

-¿Ella?, es la nueva enfermera, una muchacha muy hermosa y agradable.

-¿Qué le sucedió a Roxy?

-Parece que la ingresaron para observar mejor el desarrollo del embarazo, al fin y al cabo está por parir ya, te manda saludos también. 

-Espero que todo le salga bien, es una muchacha muy buena.

-Demasiado buena diría yo.

-El padre del bebé debe ser alguien muy afortunado- el viejo Luis suspiró.

-Para esa bebé no habrá padre, según lo que Roxy me contó, el muy hijo de puta la abandonó al enterarse de que estaba embarazada, pero aún así ella quiere tener al niño, dice que lo va a criar tan bien que hará feliz a todas las personas que estarán a su lado, para así aunque sea expiar un poco de los pecados del padre, cuando ella me dijo eso me quedé totalmente asombrado, era increíble como aún ella pensaba en ese estúpido, sus ojos brillaban cuando hablaba sobre él, "no siempre fue un imbécil, al principio era la persona más amorosa que existía, teníamos planes de casarnos y hacer una familia, quizás es solo que se sintió abrumado y no pensó las cosas bien, tengo fe de que recapacite y vuelva a mi lado", terminó diciendo eso y luego más nunca hablamos del tema, me molesta ver como hay gente realmente mala con realmente buena suerte, mientras que a los que somos un poco menos hijos de puta, las vida nos exprime sin piedad, no he vivido una mala vida hijo, para nada, pero es solo que la poca felicidad que he tenido la he luchado tanto que al final no me supo ni tan dulce cuando la alcancé, y ahora ya las canas cubrieron completamente mi cabello y la muerte me susurra cada noche que se acerca, me pregunto si no fui tan bueno como creía.

No tenía nada que decir sobre eso, ya que se podría decir que he sido gran parte de mi vida el tipo malo que tiene buena suerte, he molestado a todos pero aún así mi familia me ama y quieren que regrese, pero es verdad lo que dijo el viejo Luis, no nos merecemos esa felicidad.

Ya había amanecido por completo, el cuarto que antes estaba oscuro ahora radiaba de luz, yo estaba acostado en mi cama aún pensando en la conversación anterior cuando de repente se abrió la puerta.

-Buenos días, hora del desayuno- el rojo nunca había sido mi color favorito, era más de azúl, incluso en la primaria recuerdo que discutí con un chico por decir que el color rojo era mejor que el azúl, pero ahora me sentía arrepentido por haber malgastado toda mi vida pensando esa estupidez, ¿cuántas cosas rojas hermosas tal vez había dejado de admirar por esa ideología en la que solía creer?, ella entró en mi vida rompiendo cosas, nunca mejor dicho pues al entrar al cuarto chocó con un jarrón que estaba en una mesita de noche, cayó al suelo y se hizo pedazos, como un niño asustado rápidamente apiló los pedazos con su pie y los arrastró hacia una esquina.