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⚠️lime( como lemon pero menos hard) ⚠️mención de las droguitas del kirbi
Los días pasaron rápidamente para Takemichi. El estaba realmente feliz, vivía con Sanzu el cual lo trataba como si fuera de la realeza, además, Kakucho y el comenzaron a salir también, Sanzu sabía de esto obviamente, al principio no le agradó la idea pero después de ver como este trataba a Takemichi comenzó a agradarle un poco Kakucho.
Ambos se encontraban en el escondite de Black Dragons, en la oficina de Takemichi para ser más exactos.
Takemichi se encontraba sentado en un sofá carmesí y elegante, mientras que Kakucho y Sanzu se encontraban arrodillados y con la cabeza en los muslos descubiertos, el pelirosa durmiendo mientras que el azabache estaba sonrojado y apretando levemente las bonitas piernas del Hanagaki con las yemas de sus dedos mientras su cabello era acariciado por el contrario.
Kakucho se derritió con cada caricia, ronroneando gustoso y besando el dorso de la mano del ojiazul cada vez que se acercaba para acariciar su cicatriz con cariño, escuchando su melodiosa risa y los leves ronquidos de Sanzu que llenaban de paz todo su ser.
-Michi, ya te dije lo mucho que te amo?- preguntó mirándolo, sonriendo al ver sus regordetas mejillas sonrosadas
-si Kaku-chan, me lo dices al menos diez veces al día-informó, sus orbes observando como este se levantaba y acunaba su rostro mientras lo miraba con inmenso amor.
-yo siempre te lo digo, pero tu casi nunca lo haces- dijo acercándose peligrosamente a los belfos esponjosos y rosados, poniendo una de sus rodillas entre las piernas suaves del azabache- quiero escucharte decir que me amas-susurró contra sus labios con un puchero.
Takemichi se rió suavemente ey tomó aire, no solía decir que amaba a Kakucho o a Sanzu ya que le resultaba vergonzoso y se ponía muy nervioso.
-Kaku-chan... te amo- dijo mirándolo a los ojos, Kakucho simplemente sonrió emocionado y juntó sus labios con los de Takemichi en un beso torpe que el Hanagaki correspondió gustoso, un beso tierno y lleno de sentimientos puros, un leve roce lleno de emociones hermosas que conmueven las ganas de besarse más.
Al separarse ambos sonríen, pero más Takemichi; haciendo que Kakucho ponga una expresión enamorada, pues aquel ser entre sus brazos era realmente lindo. Una belleza llena de un misterio hermoso que no descifran ni la psicología ni la retórica, el Hanagaki era como una flor, porque después de todo, aunque arranques los suaves pétalos de la planta, no dejará de ser una flor.
Y las marcas en su cuerpo, causadas por su afecto y el de Sanzu hacia el ojiazul unas horas antes, solo lo hacían ver más etéreo.
-quieres una pastilla mi amor?- preguntó al ver las facciones del menor fruncirse cuando sus manos acariciaron su espalda, besando la mejilla, nariz y el ojo del Hanagaki, haciéndolo sonrojar pues este sabía los significados de tales besos, porque si, cada beso y caricia de Kakucho tenía un significado.
