Capítulo Uno

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Freud una vez dijo que La humanidad siempre comprometió la felicidad por un poco de seguridad.

Aveces para nosotros mismos, y aveces para las personas que más amamos.

Pero eso Min Yoongi lo tenía bien en claro, ya que formaba parte de su rutina diaria:

Cuchillo bien ajustado adentro de su pantalón y un spray de Gas pimienta de sobra como siempre.

Uno para el, y otro para su amado.

A el que lo cuidaba desde lejos.

Cada vez que lo acompañaba desde lejos, vigilando que nadie malo se le acerque, le dejaba un spray de gas pimienta, siempre debajo de la mesa de su escuela.

Siempre por las dudas, por si algún día pasaba algo y el no llegara a estar, ese spray estaría con el, y eso lo tranquilizaba un poco.

Solo un poco.

- ¡Hey YoonGi! - llamó Jimin desde lejos.
- que haces aquí? Creí que tu casa quedaba por el otro lado.

Yoongi se quedó helado, jamás solía responderle algo a ese lindo Rubio de labios carnosos y piel lechosa.

- Está bien, supongo que viniste a buscar algo, fue lindo verte, ¡Nos vemos en la escuela! - dijo con una sonrisa despidiéndose, y Yoongi no pudo sentirse la persona más afortunada del mundo al saber que esa sonrisa tan pero tan linda era para el.

Y desde la primera vez que lo vió, supo que debía protegerlo.

...

- Los cazadores empiecen su caza por favor, tienen hasta las Seis de la tarde para regresar a sus casas con sus presas, por qué de otro modo deberán regresarlas. - el Gobernador concluyó con algo de melancolía en su voz, por qué ya no podía hacer nada, todo escapaba de sus manos, no le quedaba de otra que seguír las directrices de los de arriba.

Desde tiempos inmemorables, la raza humana estuvo sujeta a una nueva ley en donde se dividía a la sociedad;

Los cazadores, y las presas.

Se dividían en dos grupos, y en otras palabras eran ''personas'' y trozos de carne andantes esperando ser devorados.

Entre las presas se encontraba Park Jimin junto a su familia.

El era bello, era tan precioso que a los cazadores se les hacía agua la boca de tan solo mirarlo, pero no en sentido amoroso, eso si que no, ellos querían Comerselo

En cambio, había otro de la familia de los cazadores, cuyo nombre era Min YoonGi.
El amaba a Jimin en secreto, y la diferencia radicaba en que no quería comérselo, quería adorarlo y amarlo por el resto de su vida, aún si tenía que pasar cuidándolo como su sombra, lo haría.

Por supuesto que el lo haría.

Pero había un problema, y es que toda su familia quería comerse a su amado, cada vez que salían a cazar pedían exclusivamente por Park Jimin.

Y era tan pecaminoso enamorarse de una presa, que si alguien se enteraba seguramente YoonGi terminaría con una bala en la cabeza.

Y el no quería eso.
No podía dejar solo a su Ángel con aquellos demonios.


Por qué los demonios no están solamente en el infierno, también están en nuestras mentes.













HEY, HEY, HEY, ¿Cómo estáis? Espero que estés bien y saludable.

Venía a subir estos dos capítulos, y si, para mí el prólogo cuenta como capítulo, jeje.
Espero que les guste, y si fue así por favor háganmelo saber en los comentarios, por qué eso me anima a seguir escribiendo. 🥺
Me pone súper mal esforzarme y que mis capítulos tengan dos vistas, se que se empieza de a poco, pero creo que realmente estoy fallando, JAJA.
Perdón, ahora sí.

Nos vemos. <3

Spring with Jaysen.
[🍂]

ENTRE CANÍBALES. (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora