❛ ¡𝗡𝗼 𝗺𝗲 𝗿𝗲𝗻𝗱𝗶𝗿é 𝗵𝗮𝘀𝘁𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗮𝗹𝗰𝗮𝗻𝗰𝗲 𝘂𝗻 𝗳𝘂𝘁𝘂𝗿𝗼 𝗱𝗼𝗻𝗱𝗲 𝘁𝗲 𝘀𝗮𝗹𝘃𝗲! ❜
⍟ en donde Hinata viaja al pasado para salvar a su novio, y no parará hasta lograrlo.
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[takehina]
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» chicas pesadas «
En el camino a la casa de Takemichi, Hinata empezó a recordar muchas cosas sobre su juventud.
Como el nombre que mencionó Kisaki anteriormente, Hanma, un chico muy alto que acompañaba al rubio con lentes a todos a lados.
Nunca habló mucho con él, lo único que sabía era que pertenecía a una de las tantas pandillas de su ciudad.
—¡Lo sentimos!—
Hinata paró su caminata de repente, ¿había escuchado un grito justo ahora? Su teoría se confirmo al escuchar otros gritos que provenían de una plaza cerca de donde estaba.
Decidió ir a investigar, aún eran las cuatro de la tarde, podría ir a ver a Takemichi luego.
Se dirigio lentamente hacia la plaza, tratando de mantenerse escondida de cualquiera de la personas que estaban ahí. Una vez que estuvo lo suficientemente cerca pudo ver como unas chicas de, aproximadamente, su edad estaban en el piso de rodillas pidiendo perdón.
—Estas perras no saben ni gritar bien.— dijo una chica rubia con cara molesta que tenía una cicatriz en la ceja derecha.
Otro recuerdo aparecio en la mente de Hinata, uno que había intentado con todas sus ganas de olvidar, un momento que marcó un principio y fin en su vida.
Estas chicas eran parte de una pandilla muy famosa, la Tokyo Manji Gang.
La misma que en el futuro mataría a Takemichi.
Recordó como algunas de esas mismas chicas la molestaban, a ella y a sus amigas.
En el momento no podia hacer nada, puesto a que le doblaban en fuerza y cantidad, pero ahora, aunque estuviera en el cuerpo de una niña, no tenía la mentalidad de una.
Esta es una oportunidad unica en la vida.
Pensó, y se dirigió decidida hacía las chicas, aunque por dentro decía que podía lograrlo su cuerpo aún temblaba como nunca.
—¡Oigan!— grito y las chicas se giraron confundidas y la miraron —¿¡Quién se creen que son para pegarle a otras personas!? ¡Dejenlas en paz!—
—¿¡Hah!? ¿¡Quién te crees tú para- la chica fue interrumpida por la rubia que parecía ser la líder.
—Callate, Touko.
"Touko" inmediatamente se calló, la rubia se dirigió lentamente hacia Hinata y se paró en frente de ella. Teniendola más de cerca, la castaña pudo notar que era más initimidante, la pasaba de altura y tenía una mirada seria y aterradora. Que hizo que nuestra protagonista temblara más de lo que ya estaba.
