Capítulo 11

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Voy camino a una depresión, todo se ha tornado gris.

Sonó la puerta de mi habitación, supuse que era la hora de desayunar.
Tenía manchurrones en la cara, pero me era indiferente.

-¿Puedo pasar...?

La voz ronca de Eros invadía el silencio de la sala.

-Sí, pasa.

Me miró a los ojos, me agarró el cuello y me besó. No me lo esperaba. Me alejé de sus labios, los nervios se apoderaron de mí nuevamente, y sin darme cuenta insconcientemente le pegué una bofetada. Después me di cuenta.

-Tú eres gilipollas (le dije)

Se quedó en silencio, su mirada escondía más dolor del que pensaba.

-Viviré en la cárcel contigo.

-Pero vamos a ver, niñato, ¿qué te piensas que soy, tu esposa?

-No, pero me gustas.

Su mirada conectó con la mía, esto me saturaba. Empecé a llorar, él me envolvió con sus brazos, y empezó a besar mi frente, dejaba un rastro cálido cada vez que lo hacía.

-Voy a abortar.

Él aún no sabía nada. Supuse que la madre prefirió no comentárselo.

Cómo Enamorar A Un Psicópata En 3 PasosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora