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— TaeHyun, te doy dos segundos para que te levantes o haré que Perséfone te orine la cabeza.

Maldita escuela. No importa quien haya sido el de la brillante idea de crear la escuela, es un ser miserable y esperaba que se estuviera retorciendo en el infierno.

— ¡TaeHyun! Estoy hablando en serio —claro que hablaba en serio. Usaba el mismo tono de voz cuando su padre se intentaba pasar de listo.

— Cinco minutos más... —se quejó moviéndose para quedar boca abajo.

— ¡Perséfone! Gatita, venga acá —gritó su madre llamando al animal.

Maldita gata. Maldito JeongIn por regalarle ese animal a su hermano. Y maldito SooBin por ponerle un nombre raro a su gata.

Intentó volver a dormir hasta que sintió como le lenzaban agua fría que lo hizo ponerse de pie inmediatamente mientras miraba asustado. En el marco de la puerta se encontraba su mamá mirándolo con una sonrisa malvada, y también su hermana menor que tenía un balde en sus manos.

Maldita Min.

— Hacele caso a mamá o la próxima vez te inundo la habitación —dijo su hermana para luego retirarse.

— Esa es mi niña —habló orgulloso el pelinegro, por el cual al parecer no pasaban los años ya que mantenía su belleza. Luego lo miró— Aprende a dormir con pijama, por favor.

Dicho eso se retiró dejándolo aún atontado por el agua. El mínimo necesitaba unos treinta minutos para despertar completamente. Se miró viendo sus boxer empapados. Si Min lo iba a despertar de esa manera siempre, iba a tener que ponerse algún pijama como su madre le había indicado.

No le encontraba el caso de usar pijama, él dormía solo, hacía calor y nadie no iba a ver así y si lo hacía alguien, ese alguien sería su familia, ¿Dónde estaba el problema?. Tembló un poco por el frío que sentía y caminó hacia la ducha para alistarse.

TaeHyun ya no era tan energético como antes, tampoco hablaba mucho y hacia preguntas por todo, había crecido bastante, medía casi lo mismo que su hermano mayor. En la escuela era un alumno promedio, no resaltaba ni tampoco le iba tan mal, aunque quisiera tener mejores notas. Había salido con un par de chicas y chicos pero nunca había llegado a tener una relación formal o enamorarse de verdad. Su padre hacía bromas sobre que cuando sintiera abejas en su estómago por una persona, esa era la persona indicada. Aunque le pareciera ridículo y poco romántico ¿no se suponían que eran mariposas?

HyunJin le seguía el juego sobre las abejas, aunque estaba seguro que su hermano sí estaba enamorado. Había conocido a JeongIn en su adolescencia y ahora siendo adultos jóvenes aún permanecían juntos, no sabía cómo el pelirrojo soportaba el carácter de su hermano mayor. Para él, ambos eran el uno para el otro, no sé imaginaba a HyunJin sin JeongIn o a JeongIn sin HyunJin. ¿Él podría encontrar un amor así? Solía aburrirse rápido de sus amores pasajeros, no creía que podría perdurar tanto como sus padres.

Cuando estuvo listo y con el uniforme de la escuela puesto, bajó a desayunar. Era su último año de escuela para luego continuar la universidad, sus padres no lo presionaban respecto a eso. Ellos habían dicho que podía tomar la decisión que quisiera y en el tiempo que estuviera listo, no tenía que hacerlo todo como la sociedad esperaba que lo hiciera.

En el comedor se encontraba toda su familia. Sus padres habían decidido no tener más hijos después de Min y aunque le gustaba tener una bebé en la casa, agradecía que fuera la última. Min había terminado con todas las energías de su familia, desde pequeña había sido un torbellino y no había cambiado en nada. Se sentó frente a SooBin y lo miró, su pequeño hermano vestía su uniforme, su cabello peinado y sus anteojos. SooBin era su bebé, a pesar de que ya tuviera 15 años, para él y su familia siempre seguiría siendo su bebé. Nadie nunca podría ponerle un dedo encima, porque tenía tres grandes hombres dispuestos a pelear por él.

𝐏𝐚𝐝𝐫𝐞𝐬² | 𝐂𝐡𝐚𝐧𝐋𝐢𝐱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora