Volverte a ver

Al fin te encontré

A-Yao no esperaba este final, su celular fue quebrado frente a sus ojos mientras él y su pequeño cachorro de tan solo año y medio eran echados a la calle a media noche.

Caminó con la poca ropa que le fue permitida sacar en una mochila, principalmente ropa de su cachorro, el bebé no sabía porque su mamá lo sacaba a pasear tan tarde pero no protestó, nunca protestaba, era un cachorro muy tierno y noble.

A-Yao llegó a un parque y se sentó en la banca, las luces de los edificios eran hermosas en la noche, por suerte aún era verano, no haría frío, si acaso una brisna fresca por el amanecer.

No tenía a nadie y la ciudad era enorme, para un simple Omega que a penas sabía escribir esto sería difícil, lo peor del asunto es que ni siquiera Xue Yang estaría con él ahora mismo.

A-Song dependía totalmente de él y no podía echarse para atrás, solo sabía lavar ropa en el río pero dudaba que en esta gran ciudad la gente ocupará el río para lavar y menos que ocupará de algún Omega que lo hiciera por ellos.

Su corazón se apretó, quería llorar, quería gritar a como diera lugar, ¿que iba a hacer ahora?, ¿iba a tener el mismo destino que su madre?, ¿A-Song lo vería morir a golpes mientras es violado por algún cliente en un prostíbulo de mala muerte?.

Después recordó a A-Huan, ¿sería capaz de entregarle a su cachorro?, lo meditó, si le confiesa a Wei Ying la verdad de aquella noche y le pide que adopte a su cachorro, que él jamás intervendrá en su hermosa relación con A-Huan él lo hará, Wei Ying es tan bueno que probablemente quiera ayudarlo incluso a él, pero no, no sería una carga, solo necesita que A-Song tenga una vida digna.

Que mejor que tener una vida digna con su padre alfa, el pensamiento terminó por arrebatarle las lágrimas que se había negado a dejar salir.

Se abrazó de su bebé, era suyo, solamente suyo, ¿por qué tenía que despedirse de él después de todo lo que la vida ya le había quitado?, negó, no era justo, no podía hacerle esto a su cachorro, él no tenía la culpa.

Después de una larga noche sin dormir, se puso de pie, caminó al restaurante Haixian y entonces lo vió, Wei Ying estaba comiéndose las uñas buscando con la mirada para todos lados, se armó de valor y caminó decidido.

Besó la cabeza de A-Song y llegó hasta Wei Ying que cuando lo vió salió corriendo en su dirección para recibirlo con un abrazo fuerte.
- Por todos los cielos, que bueno que estás bien -
A-Yao se sintió bien en ese abrazo, pero enseguida se separó, debía arrancar la curita de golpe.

- Ayer apagué el teléfono porque reconocí a tu esposo -
Wei Ying lo miró confundido.
- ¿A qué te refieres? -
Meng Yao suspiró.
- Te hablé sobre un alfa que no era mi esposo, no dije nombres, pero ayer que ví la foto pude reconocer, él es el padre de A-Song -

Alzó la vista con lágrimas.
- Lo siento mucho, no me interpondré entre ustedes, pero ayer mi esposo encontró a su destinada y me echo de la casa, no tengo a donde ir y nadie con quien ir, no te pido caridad, no quiero nada de eso, solo quiero que A-Song crezca en una familia que le dé amor y si es con su padre mejor -

Su voz se cortó, Wei Ying no decía nada, su rostro estaba en blanco.
- Por favor, por favor, adóptalo, sé que contigo como su padre Omega será muy amado, yo desapareceré de su vida, no seré una carga para ustedes -

Un alfa alto con A-Yuan en brazos llegó hasta ellos.
- ¿Wei Ying? -
A-Yao se quedó en blanco, este alfa se parecía mucho a A-Huan pero no era A-Huan, ni siquiera su aroma era parecido, jamás olvidaría ese dulce aroma a cedro.

Wei Ying aún no podía hablar, el alfa se acercó preocupado y le tomó la mejilla.
- ¡Wei Ying! -
Entonces Wei Ying se lanzó a su abrazo llorando abiertamente, todos en el lugar voltearon a ver la escena por un momento para después seguir de largo.