Volverte a ver

¿Un poco de esperanza?

Después del nacimiento de su cachorro, A-Yao había vuelto a trabajar, no se podía dar el lujo de ser un padre que esté el cien porciento del tiempo con su bebé,  si, Xue Yang trabajaba pero no era su obligación mantenerlos, además no eran pareja aunque la gente que los veía dijera que sí.

Cuando se enteraban que ambos eran omegas las habladurías serían aún más groseras, por suerte habían conocido a una familia muy linda, la familia Xiao, el padre alfa Xiao XingChen, su esposo Omega Song Lan y su pequeña hija Xiao Qing.

Ella cuidaría del pequeño cachorro A-Song durante las tardes, ella era tan solo tres años menor que el propio Xue Yang pero era tan madura que no aparentaba su edad, claro que aún era una niña consentida por sus padres pero quería sentirse independiente y aunque A-Yao no podía pagarle mucho, lo poco que le daba a ella la hacia feliz y sus padres le dieron permiso ya que cuando conocieron a los dos omegas A-Yao acababa de ser despedido por su embarazo.

Ellos eran buenos y caritativos, Xue Yang iría de vez en cuando a su casa para ayudar con algunas reparaciones o simplemente para charlar con Xiao XingChen, a A-Yao no le gustaba esa interacción, sabía perfectamente que A-Yang tenía una intención diferente, a él le había gustado demasiado ese alfa, pero no era su destinado, eso lo hacía rabiar cada vez que Song Lan le daría un beso a su esposo frente a ellos.

Esa noche Xue Yang no llegó al lugar que estaban rentando, A-Yao acunó a su bebé hasta media noche dándose por vencido de esperar a Xue Yang, así que arropó al bebé y se fue a dormir, por la mañana, temprano tenía que trabajar, a las cuatro de la madrugada unos golpes de cosas cayendo lo despertaron.

Asustado revisó primero que A-Song estuviera bien para después tomar un cuchillo y asomarse, el escenario parecía irreal, Xue Yang estaba en el piso abrazando sus piernas mientras lloraba, A-Yao corrió a su lado abrazándolo.

Más tarde cuando todo estaba más en calma A-Yao decidió decir lo obvio.
- Te acostaste con él -
Xue Yang se mordió el labio y pellizco su brazo.
- No fue bonito -

Xue Yang se abrazó con más fuerza, A-Yao sabía perfectamente como era estar con un alfa que no es tu destinado, lo supo cuando A-Huan acarició con tanta ternura cada milímetro de su piel, Su She jamás sintió un poco de piedad por él, era salvaje, brusco, tortuoso, pero era el único alfa que lo quería, así que se lo permitió, Xue Yang estaba encaprichado con Xiao XingChen.

Pero él ya tenía a su destinado, por más que un joven Omega lo sedujera y logrará llevárselo a la cama no sería amable, probablemente si quitaba la ropa de Xue Yang encontraría golpes horrendos.

Se puso de pie suspirando y se dirigió a la cocina, preparó una infusión de manzanilla para calmar el dolor y cuando volvió vió a Xue Yang ya de pie, las lágrimas se habían ido y una estúpida sonrisa estaba en su rostro.

- Eres imbécil -
Xue Yang no lo miró.
- Lo soy, pero obtuve su marca -
Bajó la ropa de su hombro, la sangre aún era fresca, A-Yao parpadeó varias veces, marcar a un Omega lo hacía únicamente de ese alfa, esa marca jamás desaparecería y no permitiría que nadie más pudiera dejar una nueva.

No entendía, ¿Xiao XingChen estaba conciente de lo que había hecho?, su esposo lo sabría por el lazo que los une, suspiró, habría problemas al amanecer, probablemente no podría ir a trabajar así que preparó un justificante, tendría que salir con A-Song para que no tuviera que presenciar un espectáculo tan horrible como una pelea de dos omegas.

Pobre A-Qing, pensó, ella solo era una cachorra que no tenía porqué ver a sus padres pelear y menos por alguien que tenía casi su edad.

Y tal como lo pensó, tuvo que salir con A-Song al parque más cercano, no pudo llevarse con él a A-Qing, mientras sentaba a su bebé en el pasto mostrándole una flor muy bonita una voz llamó su nombre haciendo que se congelará.