🍶 - 𝟎𝟒 ]

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- Bebé, ¿Me vas a decir qué tienes? - Se atrevió a preguntar Minho aparcando el automóvil negro, justo frente al edificio en donde él vivía

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- Bebé, ¿Me vas a decir qué tienes? - Se atrevió a preguntar Minho aparcando el automóvil negro, justo frente al edificio en donde él vivía.

Un silencio incómodo se hizo presente.

- ¿Qué tienes, mi amor? - Inquirió Lee sintiéndose abrumado al no recibir respuesta alguna.

Minho se sintió mal por no obtener alguna palabra del menor, por lo que tomó el rostro de Jisung en sus manos y pudo observar sus ojitos rojos y literalmente cristalizados gracias a las lágrimas que tenía.

En un ágil movimiento desabrochó el cinturón de seguridad de Jisung y lo tomó en brazos.

- ¿Te sientes bien? -

El rubio negó dejando salir pequeños sollozos.
Sus inseguridades habían salido de manera muy repentina, y le dolía.

- ¿Hice algo mal? -

Jisung negó de nuevo, esta vez juntando ambas frentes en el proceso.

- ¿Es normal sentirme celoso de Seungmin? - Preguntó con un tono de voz bajo, tanto que Minho tuvo un poco de dificultad para lograr entenderlo.

El castaño depositó un besito en la frente sudorosa de Jisung.

- Sabes que sólo tengo ojos para ti. Lo que sucedió con él fue cosa de un día, cariño, yo no me imagino cómo sería mi vida sin ti, sin mi pequeña pulga -

Minho abrazó fuertemente a Jisung, casi temiendo que este se fuera.

- Te amo tantísimo, estamos a nada de cumplir dos años juntos y quería que fuera una sorpresa, pero compré dos boletos para ver a Tokio Hotel, sé que te gusta su música y a mí me gusta ver como te emocionas al escucharlos -

- ¿Lo dices enserio? - La voz de ardilla que salió desde la laringe del rubio logró hacer que Minho cayera más enamorado del chiquillo, claro, si es que eso era posible.

El castaño asintió mostrándole una sonrisa.
- ¿Recuerdas que te dije que haría cualquier cosa por ti? -

Las pequeñas manos de Jisung terminaron en las mejillas de Minho, apretándolas, logrando abultar sus labios. Dejó un piquito sobre ellos por capricho propio y habló.

- No tienes que gastar tanto en mi - Se quejó.

- Era eso o comparte cinco subways de treinta centímetros para medirte -

Y ahí iba la broma diaria con respecto a su corta estatura.

- Bien que me amas, así gnomo y todo - Presumió Jisung jugando con la cadena que colgaba de el cuello de Minho.

- Demasiado -

- ¿Más que al café negro? -

- Más que la cadena que en éste momento tienes entre las manos -

Y vaya que era una declaración bastante fuerte, para ser honestos.

Aquella cadena alguna vez había pertenecido al difunto hermano de Minho, desde que cayó en las manos del castaño no dejó de usarla o que alguien más la tocara.
Era la cosa material más preciada que tenía Lee Minho, y que le dijera eso a Jisung, le hacía temblar de miedo y emoción.
Había temporadas en las cuales Minho tenía recaídas cuando recordaba que él no pudo hacer algo para evitar el suicidio de su hermano.
Minho tenía la tendencia de sentirse pésimo por no haber hecho algo para mantenerlo con vida y a salvo, pero un adolescente tímido no podía hacer mucho al respecto cuando desconocía el mundo entero.

- Él está orgulloso de ti, ¿Lo sabes? - La voz de Jisung había adquirido un tono serio y comprensivo, pero sin perder su característico tono dulce.

Jisung nunca pudo conocer al hermano de Minho, solamente lo había visto en fotografías que su novio tenía por su habitación. De la muerte del Lee mayor, habían pasado ya cinco años y estaba seguro que nunca podría entender el dolor por el cual pasó Minho.

Los padres del castaño se habían divorciado un par de años atrás, y ahora su familia estaba en pedazos, llena de rabia e impotencia.

- Me gustaría poder verlo una vez más usando la bata blanca que tenía con tanto orgullo - Susurró el alto, sintiendo un nudo en la garganta, le dolía pensar que estaba cumpliendo el sueño de su hermano.
Minho haría todo por él.

Las manos de Jisung tomaron el cuello de Minho, ahora fue su turno de dejar un besito en la frente cubierta de mechones castaños.

- Mañana le llevaremos flores, iremos a visitarlo y a contarle lo excelente que eres en la escuela - Conforme las palabras de Jisung salían, Minho podía confirmar que ese vacío dejado cinco años atrás, estaba siendo llenado de poco en poco por Jisung.

El rubio había llegado a la vida de Minho casi como un milagro, y estaba feliz de poder tener un lugar seguro en él.

- ¿Y a mí me vas a comprar girasoles? - Preguntó el mayor, acariciando el estómago del pequeño que tenía en brazos.

- Todos los que quieras - Respondió de inmediato el rubio, acercando sus narices para darle un beso esquimal.
- Te amo tanto, Honnie -

Aquella noche, Jisung se durmió sentado en el regazo de Minho, dentro de el automóvil. El mayor tuvo que cargar a su pulga como un novio cargaría a su pareja recién casada.

- bymhoo


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≀  🍴 𝘀h𝗈r𝘁 : minsung !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora