🍶 - 𝟏𝟎 ]

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A tan solo unos meses de presentar su examen de admisión a la universidad, Jisung, se sentía sumamente presionado, angustiado y estresado

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A tan solo unos meses de presentar su examen de admisión a la universidad, Jisung, se sentía sumamente presionado, angustiado y estresado.

El ver cómo sus amigos tenían ya establecido lo que querían estudiar y dedicarse por el resto de sus vidas era sumamente escalofriante, puesto que Han Jisung no tenía ni la más mínima idea de lo que quería hacer con su vida.

Minho, solía decirle que hiciera lo que le gustara y que no se preocupara por cuánto ganaría, después de todo, se trataba de gustos e intereses y no de dinero.
El dinero era un factor importante, pero Minho se aseguraría de ahorrar lo suficiente e incluso esforzarse más día a día para que su pequeñito novio no se preocupara por aquel detalle.
En cambio, Jisung, le regañaba por el esfuerzo demás que hacía yendo a la universidad, tomando cursos extras, ayudando a la caridad, haciendo tareas, y lo que más le causaba conflicto de todo era que durante las noches se ponía a estudiar con él para su examen de admisión en vez de dormir un poco más de sus tres horas y media diarias que normalmente dormía.

Minho estudiaba y trabajaba al mismo tiempo para poder tener una vivienda digna, después de todo, era él solo, sin familia con la cual apoyarse.

- Tienes que dormir - Renegó el pequeño, agitando los hombros anchos del castaño.

Minho soltó una risita y agitó su vaso de café negro con ocho shots extras.

Oh, eso también le enojaba a Han Jisung.

La cantidad de energizantes, cafeína y azúcares que consumía Minho, llegaba a ser alarmante en ciertos niveles. Su cuerpo resentiría todo dentro de varios años más y él quería un esposo sano para viajar, no a uno con cálculos biliares.

- Dame un besito y lo pensaré - Los labios rosados del mayor se abultaron, obteniendo como respuesta un golpe suavecito con la palma de la mano de su pequeño en ellos.

Jisung negó y cerró la computadora portátil que llevaba su novio para estudiar antes de dormir.

- Tienes que dormir, Honnie - Reprochó el rubio, quitando el vaso plástico de café de las manos contrarias y bebió un sorbo, se arrepintió al instante.

Esa cosa sabía horrible. Horrible era poco a lado con la atrocidad que acaba de tomar.

Tragó como pudo el líquido y comenzó a toser descontroladamente logrando sacar una limpia carcajada de los labios de Lee.
El sabor a café sabía espléndido cuando venía de la boca de Minho, mientras se besaban, pero no directamente del contenedor

- Ésto sabe a petróleo - la voz chillona hizo reír aún más al alto chico que solo podía sobarse el abdomen de tanto reír.

- No te quejas cuando acabo de tomarlo y te beso -

Minho era demasiado extraño en algunas situaciones < especialmente cuando pedía besos por medio de sugerencias > lo que solo hacía que Jisung soltara pequeñas risitas nasales.

- No pienso besarte -

- ¿Por qué? - El castaño estaba a nada de hacer aegyo o un berrinche, y Jisung no sabía cuál de las dos era peor.

El rubio se dejó caer contra la cama y suspiró profundamente.

- Nunca me haces caso, no pienso darte besitos hasta que cierres los ojos y duermas un poco -

Y sí, Lee Minho, adoraba aquel papel maternal que su pequeño novio adquiría en algunas situaciones, especialmente cuando era temporada de exámenes para él y se olvidaba de comer por estar estudiando, haciendo resúmenes o simplemente dibujando regiones del cuerpo humano.

Resignado, se dejó caer al lado del pequeño chico, enterrando su rostro en el níveo cuello de el más bajito.

- ¿Me das un besito de buenas noches? - La voz de Lee salió amortiguada, haciendo reír dulcemente a Jisung, quien tenía sus manitas fijas en las sedosas hebras castañas de el mayor.

Separó el rostro de Minho de su cuello y acunó su barbilla con sus diminutas manos, dejando así la posición indicada para plantar un piquito en los labios contrarios.

Sonriendo ante el inocente choque, y juntando sus frentes, se permitió enredar las piernas con las del castaño.

- ¿Me das otro besito? -

- No, ahora duérmete -

- La luz está encendida - Porque sí, Jisung había olvidado ese detalle.
Dejar la habitación alumbrada no era una opción, puesto que el consumo de energía, más la cantidad de contaminación que podía producir, no era muy agradable para su pequeño ser.

Se alejó rápidamente y apagó el interruptor.
La habitación quedó a oscuras, por lo que no vió el peluche de conejo en el suelo, cayó de sentón, causando un estruendoso sonido en seco, el cual alarmó a Minho.

Las lágrimas de dolor, salían desde los lagrimales de aquellos ojitos rasgados, y hacían un recorrido por todo su rojo rostro. Pequeños sollozos inundaron la habitación y Minho fué su salvación, caminando hacia el con sigilo y tomándolo en brazos para acostarlo a su lado.

- Ya pasó, mi amor - El corazón de Mimho era débil ante cuando se trataba de Jisung llorando.
- ¿Te duele mucho? -

Un asentimiento por parte del rubio, fue suficiente para que Minho se levantara en busca de algún analgésico en el botiquín de primeros auxilios que la señora Han tenía en el baño principal.

Tomó una botella de agua del refrigerador y corrió rápidamente en dirección a su pequeña ardilla chillona. < que literalmente estaba chillando >
Le extendió la pastilla y la botella de agua tras haber encendido la luz para observar que su pequeño no fuera a ahogarse en un mal movimiento.

El llanto de dolor por parte de Jisung aún seguía, pero de poco a poco disminuía, hasta callar por completo.
Fue un golpe muy duro, sí, y Jisung quería ser consentido ahora que Lee estaba a su cuidado.

- Ven aquí, bebé - Gateando como pudo, se acercó al grande cuerpo de Minho y se dejó mimar.
- Eres un niño muy valiente -

Aquellas cinco palabras salieron con tanta naturalidad, justo como en la ocasión que le había dicho eso por primera vez, cuando se dejó vacunar contra las alergias en su presencia.
Ese día obtuvo besitos de Minho y helado de cereza.

Lee, se dedicó a quitar los rastros de lágrimas salinas con sus pulgares y besó el camino que habían dejado. Poco después, se levantó a apagar la luz y se acostó, atrayendo a su pequeño novio en brazos, mientras sus manos se detenían en su rostro angelical.

- Eres muy hermoso, Sunggie -

Las palabras de Minho hicieron saltar felizmente el corazoncito de Jisung.

Nunca podría acostumbrarse a sus cumplidos.

Esa noche durmieron juntos, dándose cariño y calor corporal.

Durmiendo hasta que la alarma de Minho sonó y Jisung amenazó con lanzarle algo si no callaba ese espantoso sonido.

- bymhoo

volví :b

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volví :b

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⏰ Última actualización: May 11, 2022 ⏰

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