2: Deja de coquetear conmigo.

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Pasé dos horas en mi cuarto de experimentos, hasta que logré construir algo nuevo. Eran ya las 8:00 pm, y la tía Clarisse aún no llegaba. Me apresuré a hacer la cena ya que lo había olvidado. Me dispuse a hacer tajadas de plátano maduro con queso y mantequilla.

En el instante que mi tía llegó, yo acababa de servir su cena y en seguida se la dí. Ella la tomó y se sentó en el sofá frente a la TV para comer, yo la imité sentandome a su lado.

—Todos en la cuidad están histéricos por el asesinato del gerente de Sauces —comentó mi tía mientras veíamos el canal de noticias

Me limité a asentir y mirar la televisión, la verdad si, todos incluyendome estábamos asustados.

—Habitantes de California, nos acaban de informar que el señor Mathew Knowles era el violador de menores de edad a quien estábamos tratando de encontrar hace meses. Al parecer su dinero era suficiente para que alterarán los resultados de ADN encontradas en sus víctimas, pero esta vez nada pudo impedir que nuestro detective Alan Woods descubriera la verdad. —anució un policía mientras le daba los créditos a su detective y era...

No puede ser.

Quedé sorprendida cuando en la pantalla, sonrió victorioso el mismo "periodista" que conocí esta mañana en el café.

—¿Anny? —llamó mi tía un poco preocupada por mi reacción. —¿Pasa algo, cariño?

La miré, saliendo de mi trance. No me había dado cuenta de que tenía los ojos tan abiertos que casi se me salían. Enseguida cambié mi expresión.

—Nada malo, tía. Solo qué me parece toda una locura que todos preocupados por el asesinato, y el gerente violó a más de dos niños quién sabe cómo, dónde y si todos siguen vivos. —comenté, algo que realmente pensaba.

La verdad más me asombraba saber que no era un periodista el chico con quien hablé esta mañana.

Acabamos de comer y apagamos la tele, ya que se nos hacía tarde para dormir y mañana debíamos trabajar nuevamente.

Una vez en mi habitación, no dudé en quitarme la ropa quedando solo en ropa interior, pues así me gustaba dormir.

No sé ni en qué momento me dormí, ya que en un abrir y cerrar de ojos ya estaba mi tía Clarisse tocando mi puerta porque como siempre, mi alarma no me despertó.

***
—Deberías escucharme cuando te digo que dejes de ver porno hasta tarde. —regañó Nick mientras barría la entrada de Kensy a mala gana

—Lo siento, Nick, te juro que siempre duermo temprano. No sé que le pasa a mi celular —defendí con mirada suplicante.

Nick suspiró, cómo quien dice "Dios dame paciencia"

Reí ante su acto y entré a mi lugar de trabajo. Acaba de ordenar todas mis cosas cuando sonó la campana de la puerta avisando que había llegado un cliente. Seguí ordenando las máquinas del café mientras Nick preguntaba que iba a pedir al cliente.

Un par de vasos cayeron al piso y agradecí a Dios porque no se rompieron, me agaché a recogerlos de inmediato mientras Nick me pedía cuidado con las cosas.

—Lo mismo de ayer, dos Sandwiches y un café helado, por favor. —habló el cliente.

Mi atención se fue hacia atrás, y cuando volteé ahí estaba el chismoso periodista, quién resultaba ser ahora un detective de la policía de California.

Vestía un jean y camisa manga larga lisa, color azul celeste, botas negras y de su cuello colgaba la cámara y a su lado sostenía una libreta. Como ayer.

El demonio es una chicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora