Green eyes

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—¿Vendrás o te quedarás ahí parada?

—Oh.. si, voy.

—Así que, nueva..

—No se donde está el aula, así que si, soy nueva.

El no dijo, ni hizo nada, solo pestañeo como respuesta.

Estaba segura que por aquí no era, no quise decirle nada, me daba pánico que me dirigiera una mala mirada.

—Mmmh... ¿por acá llegamos al tercer piso?

El no me respondió.

Subimos una colina y llegamos a un árbol, un roble enorme con un columpio colgado de el, desde ahí se podía ver la escuela completa.

—¿D-donde estamos?—pregunté dudosa y asombrada por la belleza de ese pequeño lugar, como nevaba el árbol se veía aún más lindo.

—¿No te gusta?.

—No he dicho eso.

El chico de cabello negro se sentó alado del árbol y yo hice lo mismo.

Estaba nevando, pero no nos importo.

Cuando me senté, nuestros hombros se tocaron y el se movió a un lado.

—Nos dirán algo por faltar a la primera clase..

—No.

—¿Cómo lo sabes?.

—Solo lo sé, nadie sabe que estás aquí.

—De hecho, el director sabe que estoy aquí.

—No dirá nada.

—Pero..

—Escucha, niña, saben que estas aquí solo que no saben donde.

—Y a ti.. ¿te dirán algo?.

Negó con su cabeza.

—¿Cómo lo sabes?.

—Solo lo se. Por mi no te preocupes, muñeca.

—¿Muñeca?

—Ajá

—¿Por qué?

El me miro fijamente. Tuve que sacar mi vista de el, no me gustaba que me miraran directamente a los ojos.

—Eres como una muñeca, tu piel es como porcelana, tu cabello es suave y brilloso, tus pómulos son finos, la estructura de tu cara es marcada pero no tanto. Tus ojos son completamente azules, tus pecas resaltan mucho en tu cara, como si fueran pintadas, y como es invierno, tu nariz y mejillas están rojas, como si te hubiesen pellizcado las mejillas hasta hacerte sangrar, eres una muñeca de porcelana.

Cuando terminó de hablar, exhalé y salió humo del frío que hace.

—Me impresionas. —sonreí.

El chico no me había dado ni una sonrisa desde que nos conocimos, eso me desesperaba, yo en cambio cada vez que conocía a una persona no podía parar de sonreír, no porque estuviera feliz, sonreía para que no pensaran que no me agradaran.

El negó con su cabeza.

—Si conocieras a mis amigos dirían que eres una muñeca.

—¿Eso es bueno o malo?. —reí.

Frunció el ceño y respondió:

—Malo.

Luego cambio totalmente la conversación.

Yo fruncí mi ceño.

—¿Traes un libro en tu primer día de clases?.

Saque mi libro de mi mochila y se lo entregue.

—¿Alicia en el país de las maravillas?.

—¿Lo has leído?. —pregunté.

—Si, hace bastante tiempo.

—¿Y que te pareció?.

El subió sus hombros.

—Es la segunda vez que lo leo. —reí—¿Lees?—pregunté.

—Ajá.

—¿Cuál lees ahora?.

—Oliver Twist.

—¿Qué edad tienes?.

—Diecisiete.

—¿Estudias hace mucho aquí?.

El asintió

—¿En que grado vas?

—En el mismo que el tuyo.

—¿Cómo sabes en que grado voy?

—Tantas preguntas..

—Lo siento.

El cerro sus ojos y respiro profundamente.

—Solo lo se.

—Una última pregunta.. No me has dicho cuál es tu nombre.

Sonó la campana de la escuela que significaba receso. El se levantó de mi lado y empezó a caminar, me levante rápidamente siguiéndolo.

—Asher.

Lindo nombre.

—Me llamo...

No pude decirle mi nombre ya que lo perdí de vista.

before it all ends (ESPAÑOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora