04

855 77 20
                                    

Jungkook estaba en la que sería su habitación durante las vacaciones, tenía un gran espejo donde podía ver su cuerpo.

Se habían ido a cambiar ya que saldrían a la playa a disfrutar del sol y del mar.

– Si el señor Kim va a estar ahí, tengo que verme muy bien – habló mientras se miraba el cuerpo en el espejo.

Busco entre su ropa, sacando un short blanco, y un top que le quedaba hasta la cintura del mismo color.

Se cambió y se volvió a ver en el espejo, el short le ajustado y terminaba justo abajo del trasero, pudiendo ver la perfecta forma redonda.

El top también le quedaba ajustado haciendo ver su pequeña cintura, sonrió feliz con el resultado de las prendas, para finalizar se puso un camisón de seda que le quedaba hasta los muslos, y salió.

Entró a la sala viendo a su amigo con solo un short puesto, y el mayor igual solo que con una camiseta blanca y unas gafas de sol en la cabeza.

– ¿Ya podemos ir? – preguntó emocionado el rubio.

El mayor se paró del sofá y caminó hacia la puerta abriéndose.

– Vamos, chicos, no queremos perdernos este estupendo día.

El rubio prácticamente salió corriendo, Jungkook lo siguió caminado provocativamente, antes de salir hizo contacto con el mayor.

Sonriente, pudo ver como Kim intentaba ver debajo de ese camisón de seda.

Llegaron al lugar, Jungkook y Kim se sentaron para tomar el sol, mientras que Jimin se iba al mar.

Jungkook se recostó en su asiento tirando disimuladamente del camisón para dejar ver sus delgadas piernas.

Estuvieron así unos minutos hasta que el mayor se levantó.

– Iré a nadar, ¿vienes?

– Vaya usted primero, yo ahorita lo alcanzó.

El rubio asintió quitándose la camisa delante del menor.

Jungkook sintió como su boca caía.

< ¡Dios! Pero que cuerpo de infierno >

Le guiño el ojo antes de irse corriendo hacia donde estaba su hijo.

Sintió su cara arder.

– Mierda, Kook, ¿Qué te pasa? – se preguntó mientras se daba pequeños toquecitos en sus mejillas.

– ¡Kookie! ¡Ven aquí! ¡El agua está increíble! – gritó su mejor amigo.

El pelinegro suspiró, se paró de su asiento para empezar a levantar el camisón de seda, sentía la mirada de algunos, pero la que más le importaba era que Kim estuviera viendo hacia su dirección.

Y así era, todo parecía ir en cámara lenta, cuando por fin se deshizo del camisón empezó a caminar con un ligero movimiento de caderas.

– Mi amigo es hermoso, ¿verdad, papá? – preguntó el rubio.

El mayor solo asintió lentamente.

– Perdón, me daba algo de pena, siento que esto que elegí no me queda tan bien – habló fingiendo un puchero.

– ¡Dios, Kook! Te miras genial, hasta mi papá piensa eso.

El azabache sonrió.

– ¿De verdad cree que se mira bien? – preguntó mientras daba una vuelta.

Kim tragó saliva.

– Demasiado bien... ¡digo! si te miras bien, marca muy bien tus nal-... te miras genial.

– Muchas gracias, señor Kim...

Taehyung sonrió coqueto, mientras agarraba disimuladamente la cintura del menor.

– Vamos a lo profundo, quiero nadar y aquí no voy a poder – sugirió el mayor.

– ¡Sí! Yo también quiero nadar.









Lamento la demora. :(

I Want a Daddy › tkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora