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Jungkook se encontraba emocionado, hoy en la noche partía su avión hacia Hawaii.

Tardó al menos unos cuatro días para convencer a su mamá, pero lo había logrado.

Ahora mismo se encontraba haciendo sus maletas, si estuviera en Hawaii, tenía que verse bien en todo momento.

Habría muchos hombres guapos y con cuerpo de Dios griego a los que tenía que seducir.

El timbre sonó.

— Mierda... ¡no! —se pegó mentalmente al decir una mala palabra.

— ¡Hijo! ¡Jimin ya está aquí! — Terminó de cerrar la maleta para bajar al primer piso.

— ¡¿Estás listo, Jungkookie?! —preguntó el rubio

— ¡Sí! Ya quiero irme.

— Yo igual, iremos al aeropuerto y esperaremos a mi padre.

Jimin se encargó de guardar las maletas de su amigo para después subirse a su auto.

El pelinegro se despedía con la mano de su mamá.

— ¡Adiós, mami! ¡Volveré pronto!

Y arrancó.


[...]


Ambos chicos se encontraban sentados en el aeropuerto, esperando al padre de Jimin.

— ¿Cómo es tu papá, Jiminie? —preguntó el pelinegro.

— Mi padre es muy guapo.

El menor río.

— Sí, debe ser guapo como tú.

— Basta, Kook, me sonrojas —habló poniendo una mano en su cara.

— Bueno ento-

— ¡Jimin! —se escuchó un grito a la distancia.

Ambos chicos voltearon.

— ¡Padre! —el rubio se echó a correr hacia su dirección.

Jungkook estaba asombrado.

El padre de su amigo era muy diferente a cómo se había imaginado, era alto, su  cabello rubio, su piel canela, traía una camisa de manga larga con cuello colornegra que resaltaba los músculos de sus brazos, unos pantalones del mismo color
que le lucían demasiado bien, y Dios, esa cara seria era lo mejor.

Kook solamente siguió a su amigo lentamente sin apartar la mirada de ese hombre apuesto.

— ¡Padre! —el rubio se lanzó a los brazos del mayor.

— Perdón por tardar, solo que tuve que atender algo—habló mientras abrazaba a su hijo, su mirada se posó en el pequeño chico azabache.

— Padre, él es Jungkook, mi mejor amigo.

— Mucho gusto, Jungkook. Será maravilloso tenerte en este viaje—habló el mayor.

— Mucho gusto señor Kim, espero no molestar—habló mientras le dedicaba una amplia sonrisa.

Ese hombre está buenísimo, y Kook haría lo que fuera para que el hombre cayera a sus pies.

I Want a Daddy › tkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora