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El chico rubio nadó lo más rápido posible para ir hasta donde el agua pasaba sus hombros.

Taehyung soltó la cintura del menor, este hizo un puchero, pero volvió a sonreír.

— Señor Kim, yo no sé nadar—habló de manera inocente.

— ¿No sabes nadar? —el chico negó—bueno... puedes subir a mi espalda, claro, si tú quieres.

El menor no esperó más y se subió a la espalda del mayor.

— Gracias, señor Kim, me ha salvado...

— No hay problema, ahora si vamos con Jimin.

Ambos nadaron hasta el rubio, este al verlos frunció el ceño.

— ¿Qué hace Jungkookie en tu espalda, padre? —preguntó mientras se acercaba.

— Bueno, Jungkook no sabe nadar y lo ayude, ¿algún problema? —el rubio
volteó a ver a su amigo, este lo veía con una gran sonrisa.

— Kookie, tú me dijiste que el año pasado fuiste a un curso de natación...

— ¡¿Qué!? Si... ¡pero nunca aprendí bien! —el azabache sintió su cara arder.

Kim rió, sabía que el menor le había mentido.

— Mejor hagamos unas carreras...

Ya habían pasado algunos minutos jugando en el agua, el mayor acariciaba las piernas de Jungkook cada que podía, dándole leves apretones, haciéndole jadear cerca de
su oído.

— ¿Les parece si vamos a cenar algo? Ya se está haciendo tarde y la verdad no me gusta estar aquí en la noche.

Los menores asintieron.

[...]

Los tres se encontraban cenando al aire libre, afuera de la casa de playa, observando como en el mar se hacían pequeñas olas.

— Oh, pero que bonita vista—habló mientras comía su pescado frito.

— Si, la vista es maravillosa—dijo mientras miraba al rubio, este se dio cuenta y sintió sus mejillas arder.

Jimin rió.

— Estar aquí es divertido, me la he pasado genial y eso que es solo el primer día.

— Estoy seguro de que nos vamos a divertir mucho...

— Bueno, iré a dejar mi plato—el menor se puso de pie, caminando hacia la cocina.

— Yo igual, hijo, ¿me llevo el tuyo? —el menor asintió—bien, espérame, no me tardo...

Kim caminó hacia la cocina, encontrándose con el menor lavando su plato, se acercó lentamente hacia él.

— Hmm, ¿chico educado? —pasó sus manos sobre la definida cintura del menor.

— Por supuesto, señor Kim... ¿qué hace aquí? ¿Acaso me está siguiendo para encontrar un momento a solas? —preguntó fingiendo inocencia.

— Pero qué barbaridades dice, Jeon, solo vengo a dejar el plato de mi hijo.

— Por supuesto...

El mayor siguió acariciando la cintura del menor viajando desde su cintura hacia su cadera.

El menor sonrió con malicia, echó su trasero para atrás, haciendo contacto con el mayor.

— No, no, no, no, qué travieso eres Jeon—el mayor apretó su agarre empezando a mover en círculos el trasero del menor.

— ¿Yo? Pero si fue usted el que se puso atrás a acariciarme, ¿acaso me está acosando?—

El rubio rió ronco.

— Se muy bien lo que quieres, hermoso—susurro al oído—y estoy seguro de que sabes también que lo quiero...

— ¿Lo sé?— El menor se volteó, quedando frente a frente.

— Por supuesto que lo sabes...

Jeon llevó su mano al bulto que se notaba en los pantalones del mayor, empezando a acariciar algo rudo.

— Mierda, sigue así, se siente bien...

— ¿Lo estoy haciendo bien?

— Te ves tan inocente, pero sé muy bien que eres todo lo contrario.

El mayor bajó sus manos al gordo y blandito trasero del menor.

— Ugh~ mierda Kim, tenemos que parar, Jimin puede entrar en cualquier momento... —pidió entre jadeos.

— Solo por qué Jimin está aquí...

Los dos salieron tratando de tapar un pequeño problema que tenían en su entrepierna.

— ¿Ya acabaron con lo que estaban haciendo? —preguntó el menor.

— ¡¿Qué?! ¿Pero qué cosas dices, Jimin? No hicimos na-nada—habló nervioso el pelinegro.

— Él tiene razón—aclaró rápidamente Kim.

— ¿Cómo que no hicieron nada? Se supone que les tocaba lavar los trastes...

— Ah, eso, si, si acabamos...

El rubio y el pelinegro se dieron una mirada de alivio.

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Lamento la tardanza. ;(((

I Want a Daddy › tkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora