05.

129 17 0
                                    

¿Cuánto tiempo podré aguantar esto? ¿Realmente vale la pena seguir así? No importa, nada importa si la recompensa de ignorarlo es volver a ti.

A la mañana siguiente de tan desastrosa discusión llegaste a la puerta de mi casa con mis pertenencias y un ramo de flores, muy cliché pero para mi... para mi significó que recordabas aún cuánto amaba el romance absurdamente predecible.
¿Que si te perdone? Claro que lo hice, estuviste conmigo mayor parte de la tarde y cuando tuviste que irte, a pesar de que te ofrecí quedarte, dijiste que tenías algo muy importante que hacer.

Cariño, ¿Piensas que realmente no se donde te vas?
Me sentía enfermo en el momento que comencé a caminar rumbo a tu casa, nuevamente celoso y lleno de rabia, quería creer que me estaba equivocando y no te verías con el. Habías estado conmigo ¿Realmente eres capaz de hacer esto? ¿Hacerme esto?

Al momento en que estuve frente a la entrada de ese lugar que antes me hacía feliz y sentía también mi hogar, mi estómago comenzó a doler, esa horrible sensación que era tan frecuente desde que cambiaste, estaba ansioso y temblaba del miedo, no quería encontrarte con alguien más.
Camine a paso lento para no ser oído hasta el segundo piso, no se escuchaba nada más que mis pasos y el sonido de la ducha ¿Podía estar tranquilo y confiar? ¿Simplemente marcharme y hacer como si nunca pasó?
Mis manos sudaban y sentía los espasmos del nerviosismo en mi cuerpo, decidí seguir adelante y sin duda alguna, fue mi peor decisión.

Tu ropa y prendas que desconocía estaban esparcidas hasta en el balcón de tu habitación, el olor del cuarto era sofocante y me provocó tantas náuseas, no era tuyo, ni mucho menos mío... era de el y lo reconocí tantas veces en ti.

Sal de aquí.

Corre.

No entres, no lo hagas.

Era el eco de mi mente mientras que yo solo podía estar congelado en medio de la habitación, sosteniendo mi estómago con tanta fuerza para no vomitar... entonces lo oí, tu risa y un gemido totalmente ajeno que logro derrumbar todo mi mundo.
Solo pude correr, no me importo ser escuchado, ya no había vuelta atrás.

Tu habías muerto para mi.

f.o.f; yudo / doyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora