09.

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La vida es irónica ¿no crees? Antes sostenía tu mano pensando que yo era el único en tu vida, hoy sostengo a quien engañaste, así como lo hiciste conmigo.

Xiaojun era un chico encantador, por un momento deje de odiarlo y luego noté porque te gusto, rostro hermoso, ojos soñadores y una sonrisa encantadora. Algo que yo no tenía, recuerdo cuando te preguntaba que era lo que más te gustaba sobre mi y decías todo, ¿que era todo? Nuevamente lo odie, pensando en las muchas cualidades de su persona que pudiste mencionarle ante la misma pregunta.

Una vez se fue de casa, mi cabeza dolió pero no fue tan insoportablemente doloroso como la punzada en mi corazón, nuevamente estaba roto ¿pelear? ¿rendirme? Yuta, que hago contigo si aún suspiro nuestros sueños y anhelos, fantasías pero metas reales para mi.
Metas de papel y sueños de polvo que con un mínimo roce se irán volando, como yo lo haré en tus memorias. Patéticamente, quiero correr hasta ti pero prefiero morir a volver a llorar frente a ti.
Prefiero mentirte a volver a modular que estoy enamorado de ti ¿estamos mejor así? No lo sé, pero volver a ti sería retroceder en todo lo que me propuse.

Pensamientos intrusivos llenaron mi mente, ansioso y adolorido, me mantuve sentado en el escritorio de mi habitación redactando esta bitácora para ti.
¿Lo leerás algún día?

El brillo en mi teléfono se hizo presente, John, Tae y Jae estaban planeando una salida pero mi dolor no cesaba, mis ánimos ya no estaban, descansar es todo lo que necesitaba.
Aun así, respondí confirmando mi asistencia mañana a las cuatro en el parque cercano a mi casa. ¿Ellos sabrán cómo hacer que deje de doler?, ¿Ellos son quienes hacen palpitar a mi corazón nuevamente y se que serán ese antídoto para olvidarte?
¿Por que te sigo llorando? ¿Algo cambiaría?
Si te contara mi más enterrado secreto ¿volverías? Claro que no y estaba desperdiciando mi día nuevamente llorando por ti, oh mi querido Yuta, creo que por fin lo entendí entre un montón de preguntas, tú solo fuiste la estrella fugaz en el cielo lleno de astros como lo son ellos.
Con una sonrisa amplia recosté mi cabeza contra el escritorio sintiendo como poco a poco, el dolor se iba, mi respiración agitada se volvía lenta y la paz volvía a mi.

Lo entendí con dolor.

Lo entendí con llanto.

Este es mi último movimiento

Me rendí, ya fue suficiente y sucumbí ante la oscuridad de mis párpados cerrándose lentamente.

f.o.f; yudo / doyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora