🤍XXIII🤍

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Ese día en particular daisy se sentía mal, le dolía mucho su cabecita, no quería absolutamente nada más que paz y tranquilidad sin embargo lowell no tenía pensado eso, hoy sería el último día de prueba de su pequeña hoy ella decidiría si le gustaría ser su pequeña bebita por un muy largo tiempo , estaba algo nervioso por saber que escogeria, había planeado muchas cosas para que ella estuviera más convencida de que el le brindaria todo ese cariño y amor que en su momento no tuvo

Como todos los días lowell despertó se alistó y bajo a preparar el desayuno, para el como siempre un cafe y para su pequeña un biberon de leche con miel tibia, cuando estuvo listo subió al cuarto de su pequeña al entrar vio que estaba tapada de pies cabeza,
-con cuidado empezó a moverla para despertarla - bonita, arriba hoy hay muchas cosas por hacer-y como todos los días su pequeña hacía un puchero y soltaba quejidos-corazón tu tete ya esta listo no querrás que se enfríe o si-le dijo mientras quitaba su cabello de su carita
-no quiero, quiero dormir - le contesto daisy
-nono señorita arriba ya-decidió tomarla por los brazos - vamos a bañarte y arreglarte para que empecemos este gran día he-dijo lowell entusiasmado
Daisy no le respondió no tenía ánimos de hacerlo, lowell no sospecho nada el creía que su pequeña tenía un berrinche matutino y después de desayunar se le pasaría

Al llegar al baño lowell la dejó en el suelo para empezar a llenar la tina y luego quitarle la ropa y los curitas que aún tenía, la mayoría de sus lesiones estaban ya curadas muy pocas seguían abiertas, con cuidado la metió al agua ya tibia y empezó a limpiar su cuerpo, daidy estaba más relajada por el pequeño masaje en su cuerpo y el sutil aroma, había aliviado un poco su dolor de cabeza
Después de un par de minutos, lowell enrollo en una tualla a daidy y la llevó al cuarto, la recostó en la cama y la dejó ahí, en lo que iba por su ropa, escogió un par de medias blancas con corazones, una falda tableada azul y un suéter blanco, regresó a la cama y noto que la pequeña ya estaba dormida, río un poco y así empezó a cambiarla,cuando terminó la cargo y bajó a la sala

-que te parece si desayunamos y luego vemos una película te gusta la idea-la movió para que despertará
-no, quiero dormir-
-pero el día está muy bonito como para dormir cielo-
Lowell intento hacerle cosquillas para que se animará, sin embargo no espero que daisy le pegara le sorprendió bastante ya que en esos días la pequeña era bien portada, decidió ignorar eso para no arruinar el día
-bien que tal si caliento tu tete y vemos un poco de tele-
La idea no le pareció tan mala así que asintió, lowell la coloco en el sofá y prendió la tele para luego poner los pingüino de Madagascar uno de los programas favoritos de la pequeña, luego se dirigió a la cocina para calentar el biberón, cuando terminó regreso a la sala donde daisy se encontraba otra ves dormida, lowell la cargo y le pensaba hacer mimos como siempre, sin embargo daisy pego un grito y le dio un manotazo
-no quiero, no me cargues, quiero dormir - grito enojada la niña
-daisy eso estuvo mal, pudiste pedírmelo bien no había necesidad de gritar y pegar eso no hacen las niñas buenas-dijo un tanto molesto
-no me importa, no quiero esto, no quiero el tonto biberon, ni que me cargues, ni me abraces esto es tonto-dicho esto la niña corrió a la planta de arriba y se metió a un cuarto a dormir, nunca se detuvo a mirar a lowell el cual tenía una gran expresión de tristeza y un par de lágrimas acumuladas en sus ojos, tenía un gran nudo en la garganta pensó que estaba haciendo todo bien, pensó que la pequeña estaba feliz con el, ya no podía imaginar una vida sin su bebe, tal ves fue poco tiempo el cual la trató así pero Dios esos días fueron los mejores de su vida,

Con cuidado se aserca al sofá donde estaba su peluche favorito lo tomó entre sus manos y era pequeño pero para su niña era lo suficientemente grande para abrazarlo, no pudo más y soltó todas esas lágrimas que tenía guardadas, no podía obligarla a querer ser tratada como pequeña se lo prometió desde un inicio que nunca la obligardia a nada, así que con el dolor de su corazón tomó su teléfono y marcó
-si hola, perdón que te moleste pero necesito una remodelación urgente, si gracias aquí esperare a que lleguen - colgó la llamada, luego apago la tele y fue a su habitación a desahogar un poco sus sentimientos.....

Habían pasado alrededor de 4 horas, era medio día cuando daysi se despertó por un ruido, con cuidado se levantó y se asomo para ver de donde provenía, vio a varias personas en su cuarto, con delicadeza se aserca y vio como había varias personas guardando sus juguetes, quitando muebles, incluso habían quitado las barras a su cama, la pequeña miró horrorizada todo, porque su papi no los detuvo, acaso no la quiere, y fue ahí que recordó lo que había dicho hace un par de horas, no pudo evitar llorar por lo que había dicho, todo era una mentira, ella amaba que la mimara, le encanta estar entre sus brazos la hacía sentir segura, porque rayos tuvo que decir todo eso

Con rapidez salió a buscar a lowell, primero fue a su habitación y no estaba ahí, luego bajó corriendo por las escaleras aún sabiendo que tenía prohibido hacerlo, cuando iba a mitad de estas vio a lowell hablando con un tipo y no dudo en gritar
-papi-dijo entre lágrimas
Al estar serca de los últimos escalones se tropezó y callo, pero eso no le importo solo quería estar entre los brazos de él, así que rápidamente se levantó y corrió a él ignorando su dolor en la rodills
-lo siento, perdón, todo fue mentira papi, yo quiero ser tu pequeña, no quiero irme, no quiero cambiar nada, todo es hermoso-dijo entre un fuerte llanto-eres mi papi y no quiero que dejes de serlo, perdón por actuar así, me sentía mal y solo quería dormir, debí decírtelo papi, perdón-a este punto la pequeña ya ni siquiera podía respirar bien lowell al darse cuenta intento separarla de ella para calmarla sin embargo daisy se aferro más a él - nooo papiii, perdón, lo siento fui mala, no lo volveré a hacer pero diles que regresen las cosas, no quiero irme, todo me gusta de aquí, me gusta como me levantas, las comidas, que me bañes, que juegues conmigo, y sobre todo cuando me cargues y me das un biberón, me hace sentir protegida y querida, lo que nunca experimente

Lowell no supo en qué momento derramó un par de lágrimas, su pequeña amaba todo esto, el mal interpretó todo, si tan solo le hubiera preguntado como de sentía hoy, no hubiera pasado todo esto, todo fue un error, con señas hizo que los hombres regresarán las cosas a su lugar, con cuidado sin alterar a la pequeña la tomó en brazos ella inmediatamente posó su carita entre la abertura de su cuello y hombro y lo abrazo con fuerza, en ese momento lowell supo que todo estaría bien de ahora en adelante con su chiquita

¿O tal ves no?

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