CAPITULO 7

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—Escuchen, chicos, el examen final es el próximo lunes a las siete en punto, —anunció en clase la señora Gillespie, mi maestra de economía. Era alta, una canosa morena con un comportamiento sin lógica. —Y sí, sé que les estoy cortando las vacaciones.

Tómenlo como una actividad por temporada de huracanes.

Tres clases este otoño se habían cancelado debido a las tormentas tropicales; en cada tormenta mi apartamento se había llenado de agua como un barco que se hunde, justo como lo había hecho anoche.

Después de no dormir, una caminata temprano en la mañana y un duro día de trabajo, me tuve que arrastrar a clases.

Y para rematar mi golpe de suerte, había sido coaccionada por la señora Abernathy para limpiar su mansión. Cuando había intentado dejarlo, me dijo que informaría a Inmigración si no estaba allí. Mi regla de no-atención-indebida me obligó a regresar.

—Pasaremos esta noche y el viernes repasando, —dijo la señora Gillespie. —Así que vamos a empezar. Voy a darles los términos que podrían venir en el examen. Defínanlos e imaginen escenarios en el mundo real.

Por suerte este era un curso de nivel inferior. Había hecho todo el trabajo pesado para mi grado en mis dos primeros años; todo lo que me quedaba era esta clase final rezagada.

Saqué el cuaderno y una pluma, decidida a centrarme en esto -y no en el Ruso. Durante los últimos dos días, había tratado de sacarlo de mi mente, como él había hecho conmigo con tanta facilidad.

La señora Gillespie comenzó a escribir en la pizarra y yo obedientemente garabateé mis definiciones.

Bienes finales: productos que terminan en las manos de los consumidores. (Al igual que mi culo. Si continuaba como acompañante.)

Contuve una risita, ganándome una mirada de algunos de mis compañeros de clase, entre ellos dos chicos que me habían invitado a salir. Por desgracia había tenido que rechazarlos, pero su interés me había desconcertado. Siempre me presentaba a clases con shorts hasta las rodillas, viejas camisetas, sin maquillaje y el cabello hecho un desastre. Llevaba zapatillas de correr y por lo general apestaba a productos de limpieza. Muy lejos de ser una acompañante glamorosa.

Deflación: un descenso sostenido y continuo en el nivel general de los precios. (O lo que pasaría con las tarifas de una acompañante con la edad.)

Movilidad económica: la capacidad de un individuo, familia o entidad para mejorar o disminuir su situación económica.

Neji me había escogido como objetivo para mejorar la suya. Yo había firmado todos los documentos que mi marido abogado había puesto delante de mí. Sin saberlo, había firmado la transferencia de mi casa y de mi herencia de millones. Pero no pudo conseguir la playa de mi familia, el premio vendría después. Mientras yo permaneciera con vida, su disponibilidad se mantendría en suspenso.

Capital humano: una medida del valor económico del conjunto de habilidades de un empleado.

Estaba aumentando el mío al continuar mi educación en esta universidad comunitaria. Con el corazón en la garganta me había inscrito, utilizando la identificación falsa que había comprado de una fuente cerca de la frontera con Texas. Si alguna vez reclamaba mi vida de vuelta, tal vez podría encontrar la manera de transferir todos mis descarriados créditos de nuevo a mi lujosa universidad de Jacksonville.

Completar mi curso se había convertido en el Santo Grial para mí. En su lecho de muerte, mi madre me había rogado por dos promesas: que rompiera con Neji y que terminara la universidad.

"THE MASTER" [Adaptacion Sasunaru]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora