Capítulo Catorce «¿El que hace aquí?»

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Lista estoy -Ya, vamos.- Le Dije a Harry, el estaba cual adelante de mi.

Iba vestido con unos Zapatos negro, vaqueros negros elegantes, camisa blanca de Botones lo único Que Hacia esa camisa Que se resaltaran más sus músculos, y Un abrigo negro elegante. Yo iba vestida con vestido negro me llegaba arriba de la rodilla falda circular pero arriba era de tirantes, era bastante cómodo pero ala vez elegante, me deje el cabello suelto, unos tacones negros, me maquille nada exagerado, mas bien; natural.

-Dios mio- susurró- Te ves bellisima- termino de decir.

Viniendo esas palabras de Harry nunca las espere, sonrojada totalmente sonreí.

-Cállate, lo mismo digo de ti- Rió.

***

-MANUEL- se escuchó el grito de Gisselle del otro lado de mi celular.

-Mujer me vas a dejar sordo- gruñí- Por que te desesperas tanto.

-YA ES TARDE, MANUEL ¿NO LO VES? SON LAS 8:30 Y LA RESERVACIÓN ES UNA HORA Y NO HAS LLEGADO A BUSCARME

Reí, faltaba una hora. ¿Que le pasa a esta mujer? Ya se que le regalare para su cumpleaños; un reloj.

-Gisselle, falta una hora. Y no te preocupes ya voy por ti- gruñí.

-Pero Manu...- no escuche más por que corte la llamada.

Asi es, hoy saldré a cenar con Gisselle, no dejaba de insistir, ya me estaba hartando y para que dejara de hablar le dije que Si. Revise mi celular por decimoquinta vez, revisando la reservación en el Restaurante Panguea.

"Bosques del Valle No. 110 - 20, casi esquina con Bosques de Austria Zona San Pedro Garza García"- repetía mi cabeza. Para no perderme.

Hace 5 minutos había pasado a casa de Gisselle a buscarla, desde que salio de su casa y me vio empezó a hablar. Solo escuche que dijo que estaba emocionada por salir a cenar juntos. 

UH QUE EMOCIÓN- Aveces me pongo a pensar por que somos novios, no tenemos nada en común. Somos mundos opuestos. Prefiero repetir la dirección de restaurante a que escucharla. Sonó muy cruel pero me asfixia mucho.

***

Harry se bajo del auto, rodeo el auto, abrió la puerta del copiloto y me ayudo a bajar.

-Gracias- sonreí.

Llegamos ala puerta principal y había un señor de unos cuarenta y tantos con chaleco negro.

-¿Tiene reservación, joven?

-Claro- sonrió orgulloso.

-Su nombre...

-Harry Evans- seguia sonriendo orgulloso, como si su papá fuera el presidente de los Estados Unidos.

-Perfecto, ¿mesa para dos?- asintió- por aqui por favor.

El lugar era muy rustico pero no le quitaba lo moderno, de fondo se escuchaba la música Jazz, era hermosa; relajante. Nos sentamos en una mesa circulas en medio un florero.

-¿Es aquí? Es muy costoso, Harry.

Escuche una risa de su parte- De eso no te preocupes. El que pagará aquí soy yo. Así que no era necesario que bajaras tu monedero.

-Yo pagaré el mio, no te preocupes. Conozco estos restaurante, te cobran por todo, hasta por sentarse en una de tus sillas te cobrarás millones- baje la mirada viendo mi asiento.

Carcajeo.

-______ De donde sacas tanta imaginación para pensar eso. Y no. Yo pagaré- aseguro.

¿El pagará? Ya lo veremos. Juro que me sonroje. Carajo, por todo me sonrojo ahora. Dejaré de comer tomate, de seguro es eso.

-¿De donde saque tanta ideas como esas?.... Umh- reí nerviosa, alzo una ceja- Esta bien, de los libros de amor.

-Lo supuse, esos libros tienen mucha imaginación- carcajeo.

Mantuvimos una buena conversación, era agradable, el es agradable. Es atento, cariñoso, simpático, risueño, respetuoso.

En varias ocasiones miraba hacia la puerta principal, era como si sintiera que vería a un conocido. En una de esas alce la mirada y vi a Manuel y Gisselle juntos

¿El que hacia aquí? Y peor aun ¿Por que con ella?


Cuando menos te lo esperas. (Snoopy - Manuel Padilla)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora