Capítulo 1: El gato naranja

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ּ꠵ ¿Quién dice que
no duelen las huellas
en la arena?

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—Es imposible que venga de muy lejos. No es como, por ejemplo, un cuerpo que flota y la corriente lo empuja. Un anillo pesa, se hunde y de ahí nadie lo mueve.

—Pero la marea lo trajo —aseguró Auron—. ¡Te lo juro!

—En ese caso, lo más probable es que se le haya caído a alguien y con ayuda de las olas y la poca profundidad de la orilla, se arrastrase por ahí —explicó Reborn, estudiando la sortija—. Lo llevaré a objetos perdidos.

El castaño menor le arrebató el anillo y lo guardó en su bolsillo, farfullando.

—Claro que no, ¿no ves que es de oro? Cualquier pelafustán va a decir que es suyo para quedárselo aunque no sea cierto.

—¿Y qué? ¿Piensas robártelo?

—Me lo dio el mar, eso no es robar.

Reborn miró a su hermano con absoluto reproche y cansancio, una mirada acusatoria a la que Auron estaba más que acostumbrado.

—Auron, se le perdió a alguien. No es barato.

—Mira, lo voy a guardar, y si se reporta una queja de que se perdió, lo devuelvo. Soy un tío muy legal. Y si no, me lo quedo. ¿No ves que es mucha coincidencia?

—¿Qué cosa?

—¡Que tiene mis iniciales! —Indicó, emocionado—. ¿A que es raro? ¿Y si es de un Raúl Álvarez Genes del pasado y me lo está entregando?

—¿Y qué? ¿Te vas a casar contigo mismo?

—Bueno, si existiera otro yo, me habría follado hace mucho tiempo.

Reborn esbozó una mueca de asco.

De pronto, Axozer se aproximó a trotes. Había estado jugando en un pequeño espacio con otros niños y regresaba de la mano con dos de ellos. Los tres pequeños se plantaron delante de Auron y dieron saltitos. "Dios, hay tres Axozers", se lamentó el castaño.

—¡Auron!

—Hola, Acho. ¿Quiénes son tus amiguitos?

—Momon y Karchez —señaló a los mencionados en orden y añadió—: quieren pedirte un favor.

—¿Ah, sí? ¿Cuál?

Momon jugueteó con sus manos y Karchez miró al suelo, avergonzado.

—Axozer dice que usted le pintó el cabello... Y nosotros queremos pintárnoslo también.

El castaño le sonrió a los chicos y les acarició la cabeza con fraternidad. Se les veía, más o menos, de la misma edad de Axo; Momon tenía un liso cabello negro y Karchez una alborotada melena rubia. Para él no había inconveniente, pero no podía sin que los padres de estos le dieran el visto bueno. ¡Y ni siquiera sabía quiénes eran! 

Para convencer a su padre de dejarle decolorar el pelo de su hermanito, estuvo días enteros batallando, diciéndole que era un niño que quería experimentar y divertirse con su aspecto personal. Cuando lo vio mitad pelinegro y mitad peliblanco, casi le da un patatús.

—¿Y vuestros padres qué dirían?

—Nunca les hemos preguntado —confesó Karchez.

—Preguntadles, y si ellos me dicen que sí, puedo teñirles como queráis.

Persuadidos, los niños corrieron por el salón de eventos en busca de sus padres.

—Tú quédate Axo, hay que volver a la habitación ya.

﹝Rubiusplay﹞El anillo misteriosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora