PARTE 1
Saber que sufría del corazón era lo peor. Odiaba tener que cohibirme de grandiosas emociones. Emociones que podrían terminar con mi vida...
Hola, soy Keyla. Una chica común y corriente, que solo cuenta con una mejor amiga en la clase y que es feliz escuchando música y comiendo golosinas.
Mi vida durante mucho tiempo ha sido difícil. No puedo enojarme, no puedo resfriarme y sobre todo no puedo enamorarme.
Sí, no puedo sentir lo que es ese revoleteo en el estómago, no puedo... porque mi corazón estallaría. Así que... solo queda mirar desde lejos y comer canchita admirando a otros.Soy feliz con lo que tengo, lo admito. Pero hay veces que me gustaría sentir. Vivir la vida a tope y apreciar la adrenalina a mil. Tristemente eso nunca podre experimentar, porque es un riesgo demasiado grande y no podría soportarlo.
—Keyla, ven cariño— llamó mi madre y yo fui hacia ella, ignorando a los dos pequeñines que se hacían llamar mis hermanos.
—Dime.
Mi madre tendió un sobre frente a mí sin decir alguna palabra y eso me puso de pelos en punta.
El sobre decía "Felicidades Keyla, has sido aceptada para hacer voluntariado y ayudar a la comunidad..."
Sonreí enormemente y mi madre me dio un abrazo muy fuerte. Había postulado durante muchos años al voluntariado de la ciudad, pero nunca me aceptaban ya que siempre estaban topados. Pero ahora... ahora todo había sido distinto y estaba agradecida.
—Tengo que ir— dije apresurada ni bien me solté del abrazo de mi madre— Necesito saber que haré.
—Tranquila cariño, primero almuerza y luego vas.
Me mordí los labios para no contradecir y mi madre rio al darse cuenta.
Mi padre llego media hora mas tarde y en familia empezamos a comer. Mis dos hermanos, Liam y Jeon, estaban comiendo con su mano y manchando su babero. En cambio, mi madre estaba completamente concentrada conversando con mi padre sobre la noticia que acababa de recibir.
—Así que fuiste aceptada...— sonrió mi padre y yo voltee a verlo— Me alegro hija, espero que todo te vaya bien.
—Gracias papá— achine los ojos por la sonrisa.
Al terminar, tomé la bebida junto con mi pastilla y luego me despedí de ellos para irme al voluntariado.
...
Cuando llegue a dicho lugar, mi felicidad era enorme, aunque tenía que calmarme. No podía arriesgarme a que me de algo y me boten.
—Hola señorita, Soy Keyla Smith y me han aceptado en el voluntariado— dije con una sonrisa y ella empezó a buscar en su computadora para confirmar lo que decía— Lo que quiero saber es cuando comienzo y en donde me ubicarán.
—Laboraras a partir de las 3 de la tarde, todos los lunes, miércoles y viernes aquí. En nuestra sede. Cantaras para los niños de síndrome de down y les enseñaras manualidades junto con otro compañero más.
—Gracias. Estaré la otra semana entonces... Hasta luego— Me despedí, pero antes de darme la vuelta. Unos ojos verdes estaban posados en mí con una gran sonrisa.
—Hola compañera, soy Cameron.
PARTE 2
Cameron. Aquel chico de ojos verdes, con cabello castaño y labios rosados, se había vuelto uno de mis mejores amigos estas últimas semanas.
Era mi compañero de voluntariado y mi guía para no perderme en la sede de donde me encontraba.
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MERSURI 3
Teen FictionDonde las letras siguen fluyendo y los sentimientos aún siguen latiendo. Mezclándose con la emoción del momento y los días de complemento. POEMAS- FRASES- HISTORIAS. Todo aquí. En Mersuri ✍💜