Prólogo

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Fue instantáneo.

En el preciso momento que vio como su hermoso cabello castaño se movía al son de la música.

Como por aquella cara tan angelical bajaban unas pequeñas gotas de sudor.

Como se formaba una preciosa sonrisa en su bello rostro.

Todo de aquel chico lo había cautivado completamente.

E incluso sentía que no había nadie más alrededor del precioso omega.

Se imaginaba que en la pista de baile solo estaba el pequeño y bonito joven disfrutando de la música.

Y sus ojos no podían apartarse de aquel lugar.

Una gran sonrisa estaba posándose en sus---

—Deberías limpiarte la baba.

Toda su mágica burbuja fue rota por la persona que acababa de hablar, persona que se posó a su lado mientras le daba un sorbo a su bebida con total naturalidad.

Ahora le dirigió su mirada a aquel chico, no tenía ningún aroma, por lo que pensó que era un beta.

Y claro que iba a responderle, pero en cuanto abrió la boca vio como el otro se encogía de hombros y seguía su camino.

Lo había dejado con la palabra en la boca.

Escuchó una risa fuerte detrás suyo y viró los ojos cuando reconoció de quién se trataba.

—Cállate, MinGi.

Volvió a fijar su mirada en el chico que había estado contemplando antes, dándose cuenta de cómo el chico que le había hablado estaba en aquel grupo de su bonito ángel.

—¿Por qué MinGi no para de reír? —un omega de cabellos azules y ondulados se acercó a ellos jalando consigo a otro de cabellos negros que se veía muy borracho.

—Porque es un idiota.

Ante las palabras del más alto, el omega de cabellos azules soltó pequeñas risas, siendo seguido de quién jalaba, a pesar de que no entendía de qué reían.

—Oigan, ¿y por qué hay dos MinGis riendo? —preguntó el joven pelinegro en medio de sus risas.

—No puede ser, San —ahora MinGi fue quien estalló nuevamente en risas.

—Ay, no —el omega de cabello azul soltó ahora una carcajada.

Cuando San estaba balanceándose de un lado a otro fue sostenido a tiempo por HongJoong.

—¿Qué tanto bebió ahora? —preguntó MinGi.

—¿Quizá lo suficiente para olvidar que SeungHun lo estaba engañando? —indagó YunHo, haciendo que todos se quedaran en silencio.

Tan pronto como mencionó ese nombre, San pasó de reír a llorar.

Y, cuando el omega pelinegro dejó de reír, MinGi lo hizo también, acercándose a consolarlo.

—Eres un imbécil, YunHo —MinGi le dio un zape antes de acercarse a consolarlo.

—Voy a creer que lo dijiste porque estás borracho —le reprochó HongJoong, llegando a su costado después de que MinGi ahora se encargara del borracho.

—Perdón, perdón —suspiró YunHo.

No iba a negarlo, se sintió un patán en cuanto vio a uno de sus mejores amigos llorar por sus palabras.

San ni siquiera merecía que se desquite con él solo porque hace un rato un desconocido lo quitó de su burbuja.

—Te desquitaste con las personas equivocadas, Ho —volteó a mirarlo MinGi, quien era el que ahora cargaba de un San llorón.

—Completamente mi error —aceptó, acercándose a acariciar los cabellos del omega pelinegro—. Lo siento, San —el aludido volteó al llamado, asintiendo como respuesta.

Empezaron a oler el suave aroma de magnolia y leche de coco en el aire, San se mostró con una sonrisa brillante aún con su cara hecha un desastre por las recientes lágrimas, ni él mismo era consciente que no estaba controlando bien sus feromonas.

—Su aroma podría inducir algún celo, vámonos de aquí —codeó HongJoong a YunHo, quien le dio la razón.

Los cuatro amigos empezaron a dirigirse hacia la salida, oliendo en el camino feromonas alfas que reaccionaban a las de su amigo.

—¿Y-Ya nos vamos? —San preguntó cuando estaban cerca de la salida, limpiándose un poco la cara pero aun balanceándose por estar ebrio.

—Si, no te muevas, yo te ayudo —le respondió MinGi, quien volvió a sostener de manera correcta a San, mientras él solo se dejaba hacer.

Cuando MinGi y San ya habían salido, YunHo jaló de la blusa del omega de cabello azul antes de que cruzara la puerta.

—HongJoong —el omega volteó ante el llamado, siguiendo la mirada de su amigo.

—Tienes que estar jodiendo.

A tan solo unas pocas personas de distancias, se encontraba aquel tal SeungHun culpable de los llantos del omega que estaba borracho en el pecho de MinGi.

Y no estaba solo, estaba con su amante besándose sin siquiera importarle nada mientras disfrutaban de una buena noche.

Como si en la mañana no hubiera terminado a su mejor amigo luego de ser atrapado con su amante y, aun así, tener el descaro de echarle la culpa a San porque, según el imbécil, no era un omega tan atractivo.

—Maldita sea.

HongJoong fue detenido en el primer movimiento que YunHo sintió que iba hacía el imbécil.

—Quiero golpearlo.

Fue ahí cuando vieron como aquel alfa terminaba de compartir saliva con su amante y parecía reconocerlos a la distancia, sonriéndoles.

Kim sintió como todo el cuerpo se le llenaba de coraje.

¿Cómo aquel imbécil le había dicho palabras tan dolorosas a su mejor amigo?

Lo más leve que deseaba hacerle ahora era estampar su puño en aquella desagradable cara.

—Solo vámonos, Joong.

YunHo también estaba molesto pero no quería armar un alboroto ahora.

—Debemos llevar a San —le recordó al omega ebrio que ya debía estar fuera con MinGi esperándolos.

HongJoong suspiró, por hoy dejaría ir al imbécil.








































Mi corazón se acelera cuando estoy frente a ti
네 앞에만 서면 심장이 뛰어서



“Adore U” – SEVENTEEN

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Entanglement || 2Ho || ATEEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora