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- Kakyoin..! Kakyoin!! - Gritaba Polnareff entre lágrimas lamentando la pérdida de un gran amigo.

- Kakyoin... gracias! - decía Joseph frente a la caja que estaba adornada de flores.

Una habitación en la cual solo estaban aquellas tres personas... las personas más importantes para aquel pelirrojo.

Lamentos se oían por parte de aquellos dos, que lloraban y maldecían... mientras que el pelinegro solo se mantenía en silencio con la mirada hacia abajo.

- Jotaro!! Di algo! Era tu amigo también no!? - Gritó Polnareff haciendo que los ojos de este se abrieran de par en par.

- Déjalo Polnareff... él sabrá cómo expresarse, mejor salgamos un rato, si? - sugirió Joseph.

Salieron de aquella habitación, dejando solo al pelinegro junto a una caja, una caja que contenía su otra mitad...

El pelinegro se levantó y se acercó a aquella caja. - Kakyoin... - se quito su gorra y mostró respeto por su amigo. Solo se lograba ver su rostro, el rostro de aquel pelirrojo que le había cambiado la vida. -- Maldición! - Jotaro gritó y golpeó una mesa que estaba a su lado. - Kakyoin, maldición! Por qué!?? - una pequeña lágrima caía por su mejilla. - Por qué!!?

Desde fuera Joseph y Polnareff no tardaron en escuchar todos los golpes y ruidos fuertes que provenían de aquella habitación, no quisieron interrumpir, sabían que de todos a Jotaro era al que más le dolía, pues era su primer amigo que lo entendía y siempre estaba junto a él.

- Kakyoin! Maldita sea! Reacciona por favor...  -seguía tirando y golpeando todo lo que había a su alrededor. — Yo... aún te necesito... así que por favor, prométeme que nos volveremos a ver. - lágrimas de ira y dolor caían sobre aquella caja, mientras que sus súplicas cada vez eran más débiles al punto de llegar a caer de rodillas, el sabía que todo lo que estaba haciendo era en vano, Kakyoin no regresaría jamás.

Después de varios minutos Joseph y Polnareff entraron de nuevo a la habitación, viendo cómo el pelinegro había destruido absolutamente todo, cuando lo vieron tirado rápidamente lo levantaron y lo recostaron en una silla, estaba inconsciente con sus puños sangrando y sus ojos hinchados, sabían cuánto le dolía haberlo perdido.

...

- Que lugar tan pacífico... no había ruido, era un lugar en completo silencio, una grama verde junto con un cielo despejado, y un atardecer hermoso, el viento sobre su rostro... era tan Perfecto.

- Jotaro... no crees que es hermoso.

- Por supuesto, Kakyoin...

- Jotaro... sabes, que esto es un sueño, no?

- No digas tonterías... esto es real, Kakyoin.

- Por qué lo dices... tú sabes que yo ya estoy muer—.

- Silencio! No quiero escuchar nada!

- Deja de engañarte a ti mismo... cuando despiertes todo seguirá igual, yo ya no estaré a tu lado...

- Cállate! Cállate!! No quiero escuchar eso..! No quiero!!

- Pero es verdad... yo ya no estoy a tu lado.

- CÁLLATE! CIERRA LA PUTA BOCA!!! NO QUIERO OÍRTE MÁS! - Jotaro gritó, abriendo sus ojos de par en par.

- Otra pesadilla? - preguntó Polnareff.

- Si... la misma de hace años. - Respondió Jotaro.

- Quieres contarme qué pasó esta vez..? - preguntó el peligris.

- Lo mismo de siempre, aquel bonito atardecer que se arruina cuando él me dice que está... ya sabes.

- Jotaro... han pasado 20 años desde aquel suceso, ya tienes 37 intenta aceptarlo, si? O eso algún día te terminará matando.

- Lo intentaré... gracias Polnareff. - el pelinegro salió de el departamento listo para un día lleno de trabajo.

...

- Mr. Kujo.! - La voz de una chica se acercaba a la oficina de aquel empresario.

- Qué pasó..? Algún problema con los nuevos elevadores.

- No señor... es sobre el nuevo inquilino, pidió una habitación más, pero al parecer solo la quiere para guardar pinturas, usted mismo dijo que las habitaciones son para personas... no para otras cosas, entonces él me pidió hablar con el gerente. Podría ir usted mismo..?

- No tengo tiempo ahora... puede ser mañana? - habló el pelinegro desinteresado.

- Pero señor, creo que es urgente!

- Está bien... en qué piso se encuentra la persona?

- Está en la planta más alta, con el número de habitación 037.

- Muy bien, llegaré en unos minutos, mientras prepárame algún té.

...

- Es aquí dónde están solicitando una habitación extra para pinturas?

- Si...! Antes de abrirle, me puede confirmar que es el gerente!!

- Soy el dueño de esta empresa, así que ábreme si no quieres que rompa esa maldita puerta!

- Mejor aún, solo empuje la puerta! Estoy algo ocupado. - exclamó el chico de unos 30 años.

- Con permiso... así que tú eres el que quiere otra habita—. Sus palabras se cortaron, no sabía que estaba viendo, su corazón se aceleró, sentía que todo era un sueño...

- Disculpa el desorden... - sonrió aquel chico pelirrojo que pintaba lo que estaba frente a sus ojos.

- Kakyoin

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- Kakyoin... - murmuró el pelinegro.

A𝐮𝐧𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞𝐚 𝐮𝐧𝐚 ú𝐥𝐭𝐢𝐦𝐚 𝐯𝐞𝐳 (Jotakak)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora