🕛12

225 25 4
                                    

- Noriaki... ¿te casarías conmigo? - preguntó.

- Jo..Jotaro, espere todos estos años para poder escuchar esas palabras... - dijo mientras sus mejillas se ponían tan rojas como su cabello. - Si..! Me casare contigo! - exclamó dándole un abrazo.

- Mi Noriaki... te amaré por toda la vida.
- susurró en su oído abrazándolo de vuelta.

- Lo sé, mi Jotaro... ahora por fin podremos estar juntos, gracias... - finalizó su abrazo y le dedicó una cálida sonrisa reteniendo las lágrimas que estaban a punto de caer.

- Gracias a ti, gracias por no dejarme y a pesar de todo seguirme buscando, incluso en mis sueños. - le dijo acariciando su mejilla.

- Jotaro... tus sueños conmigo fueron más reales de lo que parecían, yo realmente estaba ahí, pero no tenía permitido acercarme tanto... gracias a un stand de la fundación varías veces pude conectarme contigo, también en tus recuerdos ahí estaba yo, solo que en forma de espectador... quería saber dónde te encontrabas para buscarte... y lo logré.
- exclamó recordando aquellos momentos.
- En el sueño de la oficina, pude verte y gracias a eso confirmé que trabajabas allí... Rohan me ayudó con eso, yo no podía ir de inmediato por mi cita médica, así que lo dejé en sus manos e hizo un buen trabajo. - Kakyoin explicó.

- Entonces... cada uno de mis sueños contigo no eran una simple ilusión!? Incluso el de cuando regresé a Egipto!? - recordó ese sueño dónde lo había besado mientras estaba en coma.

- Incluso ese... - sonrió tiernamente. - Y gracias a los avances de la fundación pude acercarme a ti, fue tan lindo sentir tu calor de nuevo, en ese momento yo me sentí tranquilo y sabía que mi amor por ti a pesar de los años no había cambiado... ni un poco. - exclamó recordando.

- Por eso se sintió tan real... - Jotaro describió con sus ojos llenos de brillo.

- Pero cuando te despediste... no creí que me besarías, fue algo que me lleno el alma de felicidad, mi corazón latía rápido, sentí paz... pero el problema fue que yo tenía un límite de acercamiento, eso fue tan inesperado para mi, como para el stand de mi compañero, al cruzar ese límite el peso caería sobre mi... como un castigo. - dijo recordando lo sucedido. - Mi castigo fue que ya no podía acercarme directamente a ti, el que tenía que acercarse o en este caso encontrarme eras tú, por eso el cuadro en la tienda fue uno de los medios, al igual que Rohan, él me ayudó en guiarte.
- explicó el por qué de su tardío reencuentro.

- Si yo no te hubiera besado, hubieras venido directamente a mi, no? - preguntó.

- No quiero que te culpes... sé muy bien cómo eres, y te cuento esto solo para que conozcas por qué tarde tanto... la presencia oscura que te hacía sentir mal era la muerte, y tú mismo la creabas, me dolió saber que en el fondo tú ya no tenías ganas de seguir viviendo, así que cuando buscabas mis aretes yo me acerqué para alejar esa presencia de ti, yo no quería que dejaras tu vida tirada... yo estaba ahí parado detrás de un teléfono público intentando que mi presencia alejara a la muerte... aún no se como lo hice pero simplemente se alejó y me sentí aliviado.
- suspiró al recordar ese momento.

- Yo si sé cómo la alejaste. - le tomó las dos manos al pelirrojo. - Yo conozco tu aura, en el fondo sabía que eras tú, pero nunca me quise darme falsas esperanzas así que intentaba olvidarlo. - Lo miró a los ojos. - Solo tú me hacías sentir paz... Solo tú Kakyoin. - finalizó acercando sus labios a los del menor.

Al juntarlos sólo se dejaron llevar... la sala estaba vacía así que Jotaro aprovechó para besarlo apasionadamente, lo colocó sobre una mesa que estaba cerca, Kakyoin acariciaba su cabello y soltaba pequeños suspiros, algo que a Jotaro le encantaba.

A𝐮𝐧𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞𝐚 𝐮𝐧𝐚 ú𝐥𝐭𝐢𝐦𝐚 𝐯𝐞𝐳 (Jotakak)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora