¿Cuántas veces te han rechazado por estar gorda? ¿Cuántas veces porque no le has gustado a alguien físicamente? ¿Cuántas veces te han rechazado por tener el pelo rizado? ¿Cuántas por tener el pelo corto? ¿Cuántas veces te han rechazado por algún aspecto de tu personalidad, incluso, que no ha gustado? ¿Cuántas veces te han rechazado porque tienes los pies feos?
Tengo algo que confesar: hace poco me rechazaron. Pero es importante el orden, en este caso, porque sí altera el producto. El caso es que me rechazaron, porque yo rechacé primero. Y rechacé por no estar preparada para otra cosa que para rechazar. Y cuando fui a disculparme, y a decirle a esa persona que me gustaba, que me atraía, pero que en ese momento no pude, que en ese momento me sentí patosa... Me llevé la ostia. Porque vi que la persona en cuestión, por lo visto, se sintió humillada porque lo rechacé. Y no le importaron mis motivos y mis excusas, porque esa persona se sintió humillada igual, pese a que esa no fuera mi intención. De hecho, si yo no le hubiera dado una explicación después, lo entendería, pero el problema es que sí se la di. Lo hubiera entendido si yo le hubiese dicho en algún momento que no me atraía, pero eso nunca pasó. Porque después fue él el que me rechazó, y tuve que llegar a la conclusión de que se había sentido humillado y que por eso lo había hecho. Porque no entendería que me rechazara porque no le gustara, cuando intentó besarme. ¿Qué pasa? Que por lo visto hay que tener en cuenta en esta ecuación, la gordura. Por lo visto, el hecho de estar gorda implica directamente que un chico guapo y delgado no puede fijarse en ti. Parece que las personas gordas deberíamos de ponerle un altar a las personas guapas y delgadas que se fijan en nosotras. Por lo visto, la gente sin autoestima resultamos presas fáciles para, por ejemplo, tener sexo con la primera persona que nos preste atención. A estas personas debe de parecerles una broma de mal gusto que una persona gorda los rechace. Pero yo lo único de lo que estoy segura es de que yo no he nacido debiéndole nada a nadie.
Entonces, resulta que después de haberle dado a esta persona el motivo de por qué lo rechazaba, me encuentro con que me dice que no le he gustado físicamente. Esto, obviamente, me pilla desprevenida y me quedo en shock. Porque lo que me decía no concordaba con lo que yo había percibido o sentido. Porque durante toda la cita yo había notado que le atraía. Además, esta persona previamente me había dicho que no le gustaban las chicas delgadas. Que por oposición significa que le gustan las chicas gordas, o eso entendí yo. A lo mejor he sumado mal, eh, que puede ser. Después de esto, llego a dos conclusiones: 1) O se ha sentido humillado y por venganza me ha dicho que no le gusto físicamente, además para hacerme sentir mal conmigo y con mi cuerpo. 2) O realmente no le he gustado, que también puede pasar.
Bueno, después de haber pasado todo esto, yo le pregunto con qué intención me está diciendo lo que me dice, e incluso le pregunto directamente si me lo dice por venganza. A lo que me contesta que no, que él no es así, y que realmente no le he gustado porque además en persona no me parezco en nada a las fotos. Pero que mi personalidad le gusta al 100% y que soy un mujerón, pero que no le atraigo. Vamos, en otras palabras, que me rechaza por gorda. Lo que me extraña es que ya sabía de antemano que lo estaba, porque yo le fui dando pistas y no se lo dije con esas palabras, pero se lo dije. Y tampoco es que él me insultara o me dijera que estoy gorda ni que lo insinuara, pero esto es lo que yo saco en claro y lo que deduzco. Porque por decir, ni siquiera pudo decirme que soy fea, ni tampoco reforzar su argumento diciéndome que tuviera otro tipo de defectos, lo que refuerza mi teoría de que fue por despecho.
¿Qué pasa? Que yo no iba a ser populista y soltarle un discurso sobre la gordofobia o sobre la superficialidad. ¿Por qué? Porque no me compensa. Y porque está en todo su derecho de rechazarme porque no le gusto. Porque el discurso populista ya me lo han hecho a mí, y no le veo ningún sentido a hacerle sentir mal a una persona por eso. Porque eso no va a cambiar nada, aunque le hagas sentir mal, no va a cambiar de opinión. Hay que aceptar que podemos no gustarle a otras personas, no pasa nada. Todos en cierta medida somos superficiales y nadie tiene por qué sentirse obligado a estar con alguien que no le gusta físicamente. Como digo yo: no se puede separar el mundo sensible del mundo de las ideas. Igual que no se puede separar el físico de la personalidad porque van juntos en un ser humano. Te tiene que gustar una persona tanto por su personalidad como por su físico. Tiene que haber un equilibrio, al menos un 50% positivo de cada parte.
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¡Ole mi cuerpo serrano!
Non-FictionBuenas. Utilizaré este espacio para escribir sobre "Body positive". Apostando por la diversidad de cuerpos y luchando en contra de la gordofobia. Espero que acojáis esta nueva sección con todo vuestro cariño. Espero que lo disfrutéis. Y espero conci...