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Entró al tren más relajado leyendo un pequeño libro relatando el amor entre un soldado japonés y una mujer coreana en tiempos de guerra. No podía dejar de leerlo, le parecía interesante como el amor podía ser tan hermoso pero tan difícil al mismo tiempo.

Se sentó en el asiento de metal que el tren brindaba y siguió con su lectura, dos paradas habían pasado cuando él levantó la mirada y quiso abrir sus ojos desmedidamente, pero se contuvo al ver a la pelinegra de semanas atrás pero esta vez con más claridad. Su cabello amarrado en una coleta alta dándole una vista perfecta de su hermoso y cautivador rostro.

Ella miraba a un lado sin percatarse que él la veía un poco sonrojado, debido a que

Había sido una buena decisión tomar ese tren, no la había vuelto a ver en semanas y sintió un ligero cosquilleo en sus dedos al verla fruncir el ceño dándole un toque maduro pero adorable en su rostro.

Esta escribía en su cuaderno con rapidez y abultaba sus esponjosos labios en tiempos diferentes, suspiró y pudo detallar su rostro grabándolo en su subconsciente. Su piel blanquecina sin llevar a la palidez excesiva, sus cejas pobladas, su corto flequillo, su fina nariz y sus hermosos labios pintados de un rosa suave.

Es hermosa.

Ella levantó su mirada en su dirección tal vez sintiendo su mirada y ella se irguió mostrándose sorprendida.

Notó como sus mejillas se enrojecieron y él desvió la mirada de ella alejando aquel tierno pensamiento de apretar sus regordetas mejillas que se formó en su mente. Miró de nuevo su libro y empezó a hojearlo fingiendo leer, pero solo lo hacía como método de distracción para su acelerado corazón. Levantó la mirada para ver el sensor que indicaba su próxima parada, hizo una mueca y miró a la mujer cerrar sus ojos. Se levantó de su asiento y casi roza sus piernas con las de ella, le dirigió una sutil mirada que no fue correspondida, ya que ella mantuvo su cabeza gacha. Se giró y esperó a que las puertas se abrieran para salir y encontrarse a su amigo con una sonrisa poco usual en él.

Miró una última vez a la mujer pero esta no le devolvió la mirada.

Jueves ; LisKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora