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JungKook subió al tren con cara de pocos amigos, había sido obligado a llegar temprano luego de tantas tardías, pero sabía que no podía quejarse con sus superiores sin quedar como un estúpido.

Su amigo iba a su lado parloteando sobre el trabajo final que se aproximaba, solo quedaban dos meses para entregarlo, pero JungKook no se preocupaba por el. Tenía tiempo de sobra.

— Como te decía, Mina quiso volver a salir y me negué varias veces, no puedo entender cómo es que alguien no entiende que no es... no —. El pelinegro se dio cuenta que su amigo no le prestaba la más mínima atención por estar mirando a una muchacha de cabellos negros. Formó una mueca en sus labios y miró al más alto.

— ¿Es por ella la razón por la cual llegas tarde? — preguntó y JungKook asintió alzando su ceja, YuGyeom la volvió a mirar esta vez detallándola y asintió. — No se ve tan mal, claro, para ti. Siempre te gustaron raritas.

— YuGyeom te aprecio, pero sabes que no tolero cuando hablas despectivamente de otras personas, es inmaduro.

El pelinegro entrecerró sus ojos hacia su dirección y sacó su teléfono como método de distracción.

Su amigo no dejaba de ver a la muchacha y eso lo molestaba, lo estaba dejando de lado y no dejaba de hablar de ella, quiso confirmar por si mismo que tenía ella que lo volvía loco, pero simplemente no había encontrado nada. No tenía la belleza resaltante que su amigo presumía que tenía y ella era... normal.

JungKook no dejó de pensar en lo afortunado que era al volverla a ver, parecía una bella flor de un bello día de primavera, no, era tonto compararla con una simple flor cuando desbordaba belleza hasta por sus probables inexistentes poros. Sus manos y pies picaron deseosos por acercarse a ella y hablarle, pero YuGyeom lo había jalado por su bolso y lo había casi arrastrado hacia la salida del tren.

JungKook se giró molesto pues fue algo humillante y no pudo ver si la bella muchacha lo había visto.

— ¿Qué te ocurre? — preguntó molesto y YuGyeom frunció sus cejas.

— A mi nada, pero al parecer a ti si ¿Qué ocurrió?

— Casi me acerco a ella para hablarle y tú me sacaste a rastras del tren — murmuró sintiendo sus mejillas calentarse, el menor rodó sus ojos y abultó sus labios.

— Me prometiste que llegaríamos temprano a la universidad, así que yo estoy cumpliendo mi parte de la promesa cumple la tuya.

— Te odio — gimoteó en silencio y empezó a caminar detrás del menor.

Su mente le recordó los pocos segundos de sus preciosos ojos negros brillantes, valía la pena llegar tarde a clases con solo verla y eso le empezaba a generar conflictos internos.

Jueves ; LisKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora