PROLOGO

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̶ Lo siento – soltó dándose la vuelta

Con toda la fuerza de su ser evitó que sus lágrimas bañaran su rostro, mantuvo su rostro pasivo

̶ ¡No me mientas! – reclamó con fuerza, con un intento de sonrisa, apretando los puños hasta hacerlos sangrar, el desgarro de su alma es tan grande que no siente el dolor de su mano herida – ¿Por qué? – pregunta entre dientes

Su corazón duele con fuerza; se desgarra sin piedad, ¿Qué tipo de broma es esta? Ayer todo parecía ir bien

̶ ¿Por qué aceptas este matrimonio? – pregunta, exige saber obligándole a verlo a los ojos, tomándolo de los brazos

̶ Ellos jamás nos dejarían ser felices – responde calma, aunque su voz no es firme – Aun podemos ser libres~ – continua en un coqueteo habitual, con sus cabellos dorados danzando al movimiento de su dueño

̶ ~Te vez hermosa~ – sonríe genuinamente en el azabache. El vestido matrimonial le queda espectacular, es claro que la hicieron a su medida

Sabe que la vuelta atrás, se aleja a cada segundo, ¿Qué hacer con el inmenso dolor de su alma? No es él con quien se unirá, ¡no será suya!

Para su mala suerte, ahora mismo no es más que un simple Midgard; no pasa de tener algo de habilidad combativa, siéndole imposible sacarla de aquí con seguridad, además ella está aquí porque asi lo quiere

¡Ese es su deseo!

¿Qué mierda, debería hacer?

̶ ¡Deja de burlarte! – rechina los dientes, lleno de impotencia. Odia verse asi, ¡no es su deseo! Tanto que quiere, arrancar su ropaje, quemarlo todo, y huir lejos...

̶ ¡No te unas a Frey! – susurra una súplica en el oído de ella; conteniéndola por la cintura; ¿Cómo podría dejarla ir? Se le hace imposible

̶ No hay otro modo – responde el susurro temblando ligeramente

No quiere renunciar a los brazos que la sostienen en este momento, pero... ¿Por qué? ¿Por qué no se le permite amar a quien su corazón eligió? ¿Por qué tuvieron que hacerlo de este modo?

̶ Es tarde~ – murmura un canto suave, sin quitar esos brazos que ama; finalmente se da vuelta y besa al azabache viendo esos ojos esmeraldas que contienen sus lagrimas

̶ ¡Quédate a mi lado! – la aprisiona entre sus brazos

Su mente no logra entender, ¿Por qué? Todo es tan repentino, bueno no, pero jamás imagino que algo asi ocurriera

Desde hace meses que la boda de Frey, el heredero de los Vanir fue anunciado al cosmos; los preparativos también comenzaron hace mucho. Todo fue una algarabía total por tan importante y trascendental evento

Solo había un detalle que muchos; por no decir todos, cuestionaron

¿Quién sería la doncella que sería su eterna compañera?

A lo que Frey respondió animoso que era una sorpresa; y su padre dicto que la joven es bastante tímida y no desea ser molestada con tanto elogio, pero que tomará su lugar como la esposa de Frey y cumplirá sus obligaciones sin ningún problema

Y asi la enigmática dama quedó en el olvido, a la espera de ser presentada en su boda. Jamás imaginó que esa doncella desconocida seria ella, ¿Por qué precisamente ella?

¡¿POR QUÉ?! ¿Cómo podría dejarla?

̶ ¡Quédate conmigo! – repitió en suplica besándola, intentando retenerla a su lado

̶ Xodo – repitió ella correspondiendo al beso, lleno de amor y pasión, un beso con todo lo que lleva su alma – ...No hay otra manera – respondió entregándose al placer

̶ Tú me juraste, que serias solo mía, solo dejarías que yo te toque, que soy el que gobierna en tu corazón – reclamó dejando el beso, y apretando los brazos de ella

̶ Xodo – se lanzó a besarlo

Olvidó lo que iba a decir; y siguió en el beso, mientras sus manos volvían a atacar aquella ropa; intentando destrozarla

̶ ¿Por qué? – preguntó él antes de perder la conciencia, cayendo en peso muerto

̶ ¡No hay otra manera! – la rubia se limpió su lágrima; y arregló su ropa y cubrió con una tela el cuerpo del Dios

̶ ¿Estas listas? – preguntó Thor entrando con una enorme sonrisa llena de algarabía

Su preciada hermana se casaba y con uno de sus mejores amigos, ¿Algo más se puede pedir? Por supuesto que no

̶ Si~ – respondió con una tenue sonrisa al Dios con la mirada apagada, avanzando hacia el rubio, dejando atrás su vida 

̶ Si~ – respondió con una tenue sonrisa al Dios con la mirada apagada, avanzando hacia el rubio, dejando atrás su vida 

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