Día 3: 𝐄𝐬𝐭𝐮𝐝𝐢𝐚𝐧𝐭𝐞𝐬

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-¿Y? ¿Cómo te fue? -preguntó Alexby, nervioso.

Ambos tenían sus informes con sus notas en las manos. Como siempre, Alex aprobó todas las materias a excepción de una de ellas, la cual no le preocupaba porque igualmente pasaria de año apruebe o no esa materia. El asunto con Fargan era diferente, si reprobaba dos materias y no aprobaba el examen recuperatorio, repetiría el año, lo cual implicaba varias complicaciones y desventajas; la primera son sus padres, quienes le pusieron a Fargan mucha presión y amenazaron con prohibirle salir tan seguido con sus amigos "malas influencias", sumado a que ya estaba acostumbrado a sus compañeros de siempre y repetir de año le obligaria a socializar con el otro curso, el cual tiene fama de ser bastante ruidoso, ¿y cómo no lo serían? Hay 30 personas en ese mismo salón.

-Reprobe Alesby, soy un idiota -se maldijo Fargan, viendo esos números que le indicaban que reprobó exactamente dos materias o que mas bien, indicaban que no pasaría de año.

-¿Y no tienes forma de aprobarlas? ¿Cuáles son? -el que parecía más interesado en que el castaño no repruebe el año es Alex, conoce la situación de Fargan y no quiere que les limiten los encuentros; aún cuando le cae bien a los padres del contrario, sabe que lo considerarian una distracción y les limitarán los encuentros. Fargan le extiende su informe para que el pelinegro pudiera observar por sí mismo.

-Se supone que el martes y jueves de la otra semana puedo ir a rendirlas y si apruebo los exámenes, pasaré de año.

-¿Y cuál es el problema? Ponte a estudiar, vago.

-¡Es que no las entiendo! Por algo las he reprobado, Alesby -también debe admitir que ambas materias se le hacen aburridas y cada vez que intenta estudiar se dispersa fácilmente.

-¿Has reprobado biología? No es tan difícil ¿no? Podrás aprobarla fácil.

-Esa materia es aburridisma, podría entenderla pero para estudiar eso -Fargan rueda los ojos, imaginandose a sí mismo estudiar dicha materia -, prefiero jugar videojuegos.

El silencio inunda la conversación, ambos desean que el castaño logre pasar de año y sus padres lo dejen en paz, el problema es lograr que el vago de Fargan se siente a estudiar. A pesar de que biologia sea la materia favorita de Alexby, puede entender que a alguien le aburran las clases de esa materia, el profesor no explica muy bien las cosas y debe reconocer que en más de una ocasión se encontró luchando contra el sueño, ese profesor le ha hecho dudar su gusto por la biología.

-¿Qué te parece si estudiamos juntos? -propuso Alexby. -A mi me va bien en biología, podría ayudarte con eso y a cambio tú me ayudas con la otra materia, la que ya has aprobado.

-Tú lo que quieres es tenerme solo para ti durante toda una tarde ¿no? -bromeó Fargan. Pese al sonrojo que invadió sus mejillas, Alexby sonrió.

-Has adivinado mis intenciones, guapo. Qué dices, ¿te vienes esta tarde a mi casa?

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Los padres de Alex se encontraban fuera en este momento, Jimmy dormía a los pies del sofa, donde el par de estudiantes se encontraban estudiando. Fargan resopló por quinta vez; si bien, gracias a las explicaciones y compañía de Alexby estudiar se le hizo más ligero, seguía siendo igual de tedioso, sumado a la ocasional frustración que le invadia cuando Alex no entendía sus explicaciones. Realmente avanzaron en el estudio, pero pasar horas leyendo y leyendo a logrado saturarlos un poco.

-¿Podemos tomar un descanso? -pidió el castaño, recibiendo, Afortunadamente, una respuesta afirmativa. Ambos estaban hartos, en sus mentes lo único que rondaba eran números e historia, materia que terminaron incluyendo en el estudio. Fargan pensó qué podría quitarles el estrés a ambos porque aunque tomen un descanso, si no logran despejarse, el estudio no será efectivo. -¿Puedo poner música? ¿Tienes algún parlante?

El rostro de Alexby se iluminó.

-Si, en el cajón de aquel mueble hay uno. Conecta tu celular ahí y pon música, si quieres.

Fargan siguió las indicaciones del pelinegro y cambió las canciones del celular hasta que Darte un beso de Prince Royce sonó en el aparato electrónico. Ambos tuvieron diferentes reacciones al escuchar aquello, el castaño se mostró alegre, satisfecho de su elección y Alex rodó los ojos.

-¿Te he dicho que voy a clases de bachata? Soy realmente bueno en eso.

-¿Hablas en serio? -Alex sonríe, escéptico -Creo que se mueve mejor mi perro que tú.

-¿Ah si? ¿No me crees? -Fargan se le acercó desafiante, logrando que el nerviosismo invadiera al contrario -¿Por qué no bailas conmigo?

-¿Yo, bailar bachata? Por favor, definitivamente Jimmy baila mejor que yo.

-Anda, yo te guío. Ya nos han enseñado a bailar en parejas -Fargan sonrió entusiasmado cuando vio a Alex levantarse de su asiento, moviendo algunos muebles con la finalidad despejar el lugar y poder bailar sin hacer un desastre en la casa. Fargan retrocedió la canción hasta el principio y le subió el volumen, logrando que lo único que se escuchara allí sea música.

El castaño posicionó una de sus manos en las caderas del pelinegro, guiandolo con suavidad y al ritmo de la canción de fondo. Fargan no mintió cuando dijo que bailaba bien, sus movimientos son seguros pero lentos y pacientes debido a que Alexby no sabia bailar este tipo de música, pero manteniendo la ocasional torpeza de un bailarín principiante.

A medida que la canción avanzaba, el pelinegro fue tomando confianza y de a poco dejó de lado los nervios y la vergüenza, comenzando a dejarse llevar por la música y por Fargan, quien movía sus manos por el cuerpo del contrario indicandole algunos movimientos que aprendió en sus clases. La conexión de ambos se evidenció, ya que pese a la torpeza, lograban congeniar perfectamente, moviendose a la par y creando una extraña coreografía que seguía la melodía de la canción de fondo, que permitió a ambos sentirse como si estuvieran en otro mundo; dejando atrás las preocupaciones de los estudios, la frustración o estrés. ¿Qué mejor que bailar una de tus canciones favoritas con la persona que te gusta, o mejor dicho, de la que estás enamorado?

Los ladridos eufóricos de Jimmy se escuchaban de fondo pero aunque el perro se encuentre naturalmente emocionado, no intervino ni se interpuso como lo haría normalmente, parecía no querer interrumpir. Aunque los padres del pelinegro no llegaban aún, es casi seguro que tampoco intervendrian, ¿quién lo haría? Si la sonrisa de bobos enamorados que protagonizan los rostros de Fargan y Alexby, te hacia imposible querer interrumpirlos. Quizás luego tendrían tiempo de reprocharse a sí mismos por no dedicarle el tiempo a estudiar, aunque bailar juntos nunca lo considerarían una pérdida de tiempo.

Alexby odia la bachata pero, ahora ya no tanto.

꧁Fargexby week 2022꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora