2

731 90 165
                                    

—No lo haga—dijo una firme voz detrás suyo.

Detuvo sus intentos y se giró hacia el dueño de aquella voz. Al hacerlo, un sujeto bajo, regordete y de rasgos asiáticos emergió de la oscuridad, acercándose a él.

Por el alcohol en su sistema, termino tambaleándose y cayendo al suelo.

—Esa no es la solución—agregó el hombre.

—Yo ya no tengo nada—pronunció con la voz quebrada—. Lo perdí todo.

—No pierda la esperanza.


───────⊰·☆·⊱───────


Estaba pensativo. No podía borrar esas palabras de su cabeza. Aunque dudaba de ella, no era capaz de sacarla de su mente. Ni siquiera era capaz de imaginar a Stephen y ella juntos, pensando que solo había dicho esa mentira para jugar con su mente, desestabilizarlo y hacerlo dudar porque no soporta su felicidad.

Y para su desdicha, vaya que le funciono.


Stephen y Tony se reunieron, cerca de aquel puente que casi nadie transitaba. Estaban parados uno a lado del otro, apoyándose en el barandal del puente, éste último con la mirada fija en el líquido azul verdoso. No podía callar los cuestionamientos de su mente acerca de Stephen. Una parte los rechazaba, pero otra dudaba.

—¿Qué tienes?—preguntó el doctor risueño—. Estas muy callado y eso me esta dando miedo—añadió juguetón.

—¿Te puedo preguntar algo?—formuló vacilante.

No quería abordar el tema, pero aquello no lo dejaba en paz, necesitaba sacarse esa espina y resolver las dudas que lo atosigaban.

—Por supuesto—asintió amable dandole la confianza necesaria.

—¿Alguna vez saliste con una omega llamada Wanda Maximoff?—cuestionó con determinación, mirándolo a los ojos.

—¿Por qué me preguntas eso?—contradijo terriblemente serio, reacción que el omega no espero, incrementando aun más sus inquietudes.

—¿Y tú por qué te pones así?—repuso un poco alterado—. ¡Solo es una pregunta! Creí que teníamos la suficiente confianza para preguntarnos lo que sea.

—No es falta de confianza—comentó después de aclararse la garganta—, es solo que... me sorprendió tu pregunta. Me tomaste con la guardia baja—esclareció un poco más relajado, arrojando un suspiro—. Sí, salí con ella, pero eso fue hace tiempo y... no fue nada serio. ¿Ella es... amiga tuya?—interrogó titubeante—. Me pareció verla en el bar de tu padre.

—No. Solo es una conocida.

—Mmh... No hablemos más de esa mujer—dijo acercándose a él, tomando sus manos y llenando de besitos su rostro—. El tiempo juntos es oro y lo estamos desperdiciando hablando de cosas desagradables—susurró cerca de su oído.

Tony concedió, optando por alejar esos estúpidos pensamientos de su mente. No podía ni quería estar enojado con él por algo que ya es cosa del pasado.

Cerró los ojos y justo en el momento que le iba a dar un beso, sintió como Stephen se apartó abruptamente, rompiendo el vínculo en sus manos de manera brusca. Sorprendido, abrió los ojos y vio palidecer a su amado. Pronto noto lo tenso que se había puesto y como mantenía la mirada fija en un punto en particular. Por inercia enfoco la mirada en el mismo objetivo y ahí se dio cuenta que una hermosa dama se acercaba, específicamente, a su querido doctor.

BrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora