Cuéntame Un Cuento

Dear John

"You paint me blue sky
Then go back and turn it to rain

And I lived in your chess game
But you changed the rules every day

Wondering which version ofyou I might get on the phone Tonight"

Alissa

Iba caminando en dirección a la salida de la cafetería, mi última clase estaba por empezar y yo estaba ansiosa de irme a casa, ¿La razón?, por fin había logrado terminar mi estúpida tarea, más emocionada no podía estar, podía decir que había llorado cuando la termine, aparte de que esta tarde irían a dejar mi transporte al cual se le había jodido el motor semanas atrás.

Era una Softail Standard, una preciosidad y estaba segura de que en cuanto a Brody me viera montada en esa cosa le iba a dar algo, pero eso era algo que no me importaba, esa motocicleta era de mi padre y no era algo en lo que lo iba a dejar opinar. Mamá ya se había acostumbrado por lo tanto ya no se preocupaba.

Casi lograba salir de la cafetería de no ser porque la coqueta voz de Nayel me llamaba, cuando lo mire noté que no venía solo, Anton lo acompañaba, sonreía de lado y tenía las manos es los bolsillos de su chaqueta de cuero.

Estos últimos días se había comportado muy amable conmigo, dos días atrás, en clase de Davis tenía que hacer una anotación de último minuto y solo tenía una libreta a la mano ya que mi bolso había sido secuestrado por Daniele, por lo tanto, no tenía con que escribir y el muy amablemente me presto su bolígrafo, el cual debo decir que se veía muuuy elegante, así que cuando trate de devolvérselo él dijo que podía conservarlo, cosa que se me hizo muy lindo.

—Mujer, ¿A dónde vas? —me preguntó Nayel

—Tengo clase.

—Cuando termines queremos llevarte a un lugar que sé que te encantara

De una cosa estaba segura. Si Nayel quería salir contigo era para dos cosas, uno, para salir a un lugar público y conseguir a algún chico lindo, dos, para que le dieras el visto bueno a algunas de sus citas o tres para salir a alcoholizarse, pero era temprano así que el alcohol quedaba descartado.

Apenas abrí la boca para hablar una mano se deslizo por mi cintura, no hacía falta voltearme para saber que era Brody.

Había aceptado sus disculpas por lo que hizo, pero definitivamente tardaría mucho más en por fin perdonarlo, así que podía decir que le hablaba lo normal.

—Ella no va a salir con ustedes —les dijo directamente.

Mi amigo no se molestó en disimular al rodar los ojos, para el mi novio era la escoria más grande en el mundo, aun cuando yo trataba que se llevarán bien ninguno de los dos ponía de su parte ni disimulaban su odio.

—Qué bueno que le pregunte a ella y no a ti

—Pues no va salir contigo

—¿Por qué no dejamos que ella decida? —se entrometió Anton

Tenía la mirada de los tres sobre mí, sabía que si no aceptaba Nayel no se enojaría ni ofendería, el entendía lo difícil de mi relación y su mirada me lo hacía saber. Pero si aceptaba para Brody iba a ser como una bofetada, más el saber que lo desobedecí, su mirada me presionaba para que dijera que no porque quería estar con él.

Anton me miraba, pero en su mirada solo había confusión, como si no entendiera por qué debía escoger y estudiar el panorama en el que estaba, como si tratara de entender por qué esta simple elección me presionaba al punto de querer salir huyendo y no precisamente por mi amigo.