Cap: 3 El mediador .

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—Aguanta—dice Mew mientras tapa la boca y nariz de Gulf

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—Aguanta—dice Mew mientras tapa la boca y nariz de Gulf.

Gulf al sentir cómo el aire le falta abre sus ojos estrepitosamente, Mew notando aquello sigue embistiendo con más fuerza, no evita morder su cuello y dejar cómo siempre una marca, luego de eso ambos eyaculan.

Gulf, ya sintiéndose libre, lo quita de encima de su cuerpo, lo mira y agarra entre sus dedos algunos mechones del cabello de Mew. Lo mira de manera dulce y jala de repente su cabello.

—¡Eres un maldito sádico, casi me mata!—dice mientras jalaba el cabello del chico.

Mew empieza a quejarse.

—¡Suéltame, me duele!, ¡¿acaso no te gustó el maldito orgasmo que te produje?!— habla con desesperación sintiendo cómo Gulf casi le arrancaban el cuero cabelludo de su cráneo .

Gulf lo suelta, debía admitirlo, se sintió rico.

—Si, pero para la próxima, cuando veas mi cara morada, es que estoy cerca de la muerte, no te lleves del gusto—le advierte.

—Entendido, ¿nos vamos?

Gulf se levanta de la cama.

—Mew, estás herido, ¿cómo rayos vas a competir?—Mew siempre estaba herido, siempre sus misiones eran para controlar bandas independientes y esos jodidos no le tenían miedo a la muerte.

—No lo haré yo , lo harás tú... Ya arreglé todo.

—¿Y mi tarea?—le recuerda Gulf, siempre lo necesitaba para aquello.

Mew se levanta completamente desnudo, sin sentir vergüenza alguna,se dirige hacia el escritorio de Gulf, al ver las fórmulas dice:

—Gulf, esto es fácil.

—Solo hazlo, no puedo ser bueno en todo.

Mew no evitó decir:

—Sí que eres bueno en muchas cosas, ejemplo eres bueno haciendo feliz al "amigote"—así le decía a su pene...

Gulf feliz, pensó que ya tenía que hablar con Mew, tenían sin definir lo de ellos desde hacía ya un tiempo, de verdad se sentía cómodo y a gusto con su chico de sonrisa de sol y cara de niño travieso, ambos tenían tantas cosas en común. Amaban las carreras, las motos, tenían el mismo oficio, eran simplemente la pareja perfecta.

—Ya terminé, vamos a ducharnos juntos, así saldremos más rápido.

Gulf no dijo nada, lo conocía, quería tener sexo nuevamente con él.

—Por supuesto, reducir el tiempo... Cómo no.

Ambos se encaminaron al baño y Mew automáticamente lo empotró en una pared mientras el agua de la ducha acariciaba sus cuerpos, Gulf sintió nuevamente cómo las yemas de los dedos de Mew se enterraban en su nuca mientras un lado de cara era aplastada contra el frío mosaico, Gulf abre sus piernas y sube levemente su trasero facilitando todo a Mew, este mientras sigue ejerciendo fuerza en Gulf le susurra:

El chico de las motos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora