Capitulo 8

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Empezaba a anochecer cuando llegaron a los pueblos de montaña, pueblos de olivares y viñedos. Conforme se iba subiendo por la carretera, el bosque iban desapareciendo. Los pastos aparecían desolados. Sólo de vez en cuando se veía un rebaño de ovejas con un pastor. Llegaron a la cima y empezaron a bajar por la carretera que iba al pueblo.

Candy observó aquellas vistas, tan familiares para ella. Manzanos, nogales y robles rodeaban el pueblo. Pequeñas casas , sus muros cubiertos de parras, se extendían a lo largo de la carretera. Terry aparcó el coche cerca de la casa de Niko White, en el centro del pueblo y la miró.

- ¿ Qué estás esperando? -- le preguntó. Candy salió del coche muy despacio. Vio a su tía Maria,ella mirando por la puerta. Insegura de sí misma, se puso tensa y después, de pronto, se empezó a emocionar. A los pocos segundos estaba en brazos de una mujer en lágrimas, intentando conversar en un idioma que ella creía haber olvidado, pero que le salía con naturalidad de sus labios.

- -Entra, entra... -- instó Pony, que estaba detrás de su hermana --. Todos los vecinos nos están viendo --A los pocos segundos estaba frente a su abuelo, quien la saludó y le dio un abrazo menos efusivo.

-- No te habría admitido en esta casa, si no hubieras venido con tu marido -- admitió Niko White -- Pero veo que has vuelto donde debes estar, a su lado.

Candy no quiso discutir en aquel momento. Se sonrojó y se mantuvo en silencio, emocionada por el recibimiento tan cálido después de cinco años de silencio. Sintió que era más de lo que se merecía. Veía cosas que no había sido capaz de ver en su época de adolescente, cuando todos sus pensamientos se centraban en Terry y en escapar de ahi. Vio el brillo de desconfianza y satisfacción en la mirada de su abuelo y la cara de rechazo de Pony. Candy se fue hacia ella y la abrazó.

-- Sácale a Terry un vaso de vino -- le dijo Pony a Maria, sonriendo de una forma un tanto extraña --Yo le voy a enseñar a Candice la casa - Candy frunció el ceño, sin entender la razón de aquel comentario, hasta que vio a Terry y a su abuelo salir al patio. Se fue hacia la puerta y miró la mesa, las sillas y las plantas decorativas que embellecían el espacio que en un tiempo estaba reservado para el perro pastor de Niko --.Cuando los vecinos se fueron, tu abuelo compró la casa y la unió a esta --anunció Pony con orgullo --. Ahora tenemos cuatro habitaciones.

-- ¿Y de dónde sacó el dinero? --preguntó Candy asombrada.

- Niko se encarga de gestionar todas las tierras que Terry tiene en el pueblo y cuidamos tu casa -- contestó Maria, muy alegre --. Ahora vivimos con todas las comodidades -- Cuando entraron en la cocina, Candy las siguió. Había un nuevo fogón y también un cuarto de baño, del que Pony se sentía orgullosa. Luego fueron a los dormitorios, todos muy pequeños, pero muy bien amueblados-. Aquí es donde tú y Terry dormirán esta noche -le informó Maria, con cierto recato, después de abrir la puerta.

Se asomó y admiró los motivos florales que había en el balcon de la ventana y la colcha de algodón sobre la cama de hierro forjado,. La perspectiva de tener que compartir aquella cama tan estrecha con Terry, casi la hizo perder la compostura.

--Te pones colorada, como una recién casada -- comentó Pony, moviendo la cabeza --.¿No crees que ya va siendo hora de que le des un hijo a tu marido?

--Terry quiso que Candice terminara antes sus estudios -- recordó María a su hermana  --Niko dice que Terry quiere que su familia tenga estudios.

-- Cuando Candice estaba yendo al colegio aquí, sólo le interesaba Terry. ¿Le escribió alguna vez? ¿Le mandó alguna carta, o un paquete? -- Decía Pony con aire de desaprobación -- Y cuando Terry venía de visita con su tío, había que tener mucho cuidado contigo. La de chismes que han dicho los vecinos de ti, Candice. Por suerte Terry te tomó como esposa...

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