▪︎Cap 4▪︎

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Había pasado unas semanas desde lo dicho por Yuzuha-san, trato de no pensar en nada negativo pero no puedo evitar imaginar escenarios horribles, gracias a los constantes casos de mi trabajo no he tenido tanto tiempo de pensar en eso.

Pero a pesar de siempre estar ajetreado y con la cabeza en otro lado, puedo hacer tiempo para ir al hospital al menos una hora. No sé cómo, pero siempre tengo algo de que hablarle, siempre.

Manjiro, él, siempre fue una persona divertida y alegre, hablaba tanto pero a la vez prestaba atención a lo que querías decir, siempre se preocupaba por todos y trataba de hacer feliz a todos mientras llevaba el peso encima, haciendo creer que el lo podría manejar solo, llevando una gran cruz en sus brazos que poco a poco iba cayendo, derrumbándose...

Como todos, lo primero que yo presencié y conocí fue la fachada de Mikey, esa presencia que era catalogada como una persona realmente fuerte en todos los aspectos posibles, esa persona que podías llamar y te ayudaría estando en cualquier situación, ese ser en donde te sentías seguro y cómodo solo con estar a su lado, que sonreía con sorna y superioridad cada vez que veía a sus enemigos, después de burlarse de él, tirados en suelo, ese líder que siempre dejaba emocionados a todos los miembros de su pandilla, que lideraba con cariño, diversión y locura, que daba un hogar a personas ajenas, su carisma era lo que tenía embobados a todos, su linda sonrisa que siempre deslumbraba..

No puedo creer que las personas más buenas siempre son las que sufren más, las que tienen un corazón puro, como quisiera que se quedarán pero la vida es tan corta que ni yo podría quedarme.

Papá, te estoy hablando- una voz claramente reconocible me sacó de mis pensamientos-

Disculpa linda, no te escuche- veo como hace un puchero- podrías repetirlo?-

Solo decía que si me podías comprar algunos dulces - me señaló al frente donde había una tienda repleta de todo tipo de azúcares-

Nop, sigamos caminando- me dispuse a seguir con nuestro recorrido para llegar a casa-

Pero papi...- me hace un tierno puchero- solo esta vez, prometo comerme todos los vegetales-

Solo será esta vez, cuantas veces he escuchado eso, me hago media culpa de que no debo dejar que me manipule, con esa tierna carita, esos ojitos color turquesa, esas pequeñas manitas, en total toda una belleza.

Creo que en vez de pensar en lo afortunado que soy en tener una hija tan linda y con un hermoso corazón, debo prestar atención a cuantos dulces lleva en esa cesta, ya llevamos media hora aquí y sigue agarrando cosas, que consentida que esta, ya no debería dejar que agarre más.

Suma, cielo ya no agarres más golosinas, te saldrán caries, deja eso- señaló la quinta paleta que estaba cogiendo del mostrador- es suficiente ya tienes para un mes, vamonos- le agarro su manita para dirigirme hacia donde se tiene que pagar-

Al llegar a casa, nos dispusimos a ver una de las tantas películas animadas que le gustan a Suma, la de Buscando a Nemo, mientras veíamos la película comentábamos cosas nos reíamos, hasta el final.

Cuando termino la película, me fui a la cocina para hacer más palomitas, mientras veía como se preparaban en el microondas, recibí una llamada.

Suma me entregó mi celular, me fije de quien era la llamada, era de Yuzuha-san, que había pasado?...

Solo atine a responder.

Yuzuha-san que paso?, todo esta bien? - pregunto preocupado, tal vez ella estaba en una situación crítica y yo aquí haciendo palomitas- Yuzuha-san?-

Nunca te dejaré... (Naoto x Mikey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora